Alimentación estacional para la salud intestinal
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Un principio de salud que se ha apreciado en muchos sistemas curativos tradicionales, y que ahora se valida en la medicina moderna, es la importancia de la salud intestinal para nuestra salud general. A los antiguos médicos ayurvédicos se les enseñaba (y se les sigue enseñando) que la mayoría de las enfermedades empiezan en el intestino; por tanto, prestar atención a la salud intestinal es vital cuando se evalúa a alguien con cualquier síntoma o enfermedad. Cuando nuestro intestino no funciona correctamente, no podemos digerir ni metabolizar los alimentos para convertirlos en nutrientes para nuestro cuerpo, aunque comamos alimentos sanos.
Ayurveda y salud intestinal
Ayurveda enseña que para mantenerse en óptima salud, debemos ajustar nuestro estilo de vida, incluida la dieta, según la estación y el entorno externo al que estemos expuestos. Nuestros cuerpos han evolucionado con los cambios estacionales locales y se han adaptado a ellos. Durante las distintas estaciones se producen muchos cambios fisiológicos en respuesta a la temperatura, la cantidad de luz solar y la humedad.
Los sistemas curativos tradicionales se construyeron sobre un marco que enseña que nuestros cuerpos no están separados del mundo natural, sino que están íntimamente conectados con él. Al comprender que formamos parte del ecosistema más amplio de la naturaleza, los sistemas tradicionales nos enseñan a reconocer los efectos que las estaciones y el clima pueden tener sobre nosotros. Los distintos alimentos tienen efectos únicos en nuestros cuerpos y mentes, y podemos utilizar alimentos específicos en momentos concretos para mantenernos sanos.
Los Ciclos de la Naturaleza
Una de las principales observaciones sobre la alimentación y la nutrición es que nuestros cuerpos tienen ciclos biológicos sincronizados con los ciclos de la naturaleza y que los alimentos que ésta nos ofrece en determinadas épocas del año, que dependen de dónde vivamos, son exactamente lo que necesitamos.
Cuando los alimentos crecen y se cosechan según su estación natural, los fitonutrientes, como los antiinflamatorios, los antioxidantes y las vitaminas, son abundantes y nos mantienen sanos. Los alimentos obligados a crecer fuera de temporada pueden contener menos nutrientes, y cuanto más tiempo viajan los alimentos para llegar a nuestros platos, menos valor nutritivo y energía vital (prana) que nos proporciona.
Volver a los principios alimentarios naturales
Es lamentable lo lejos que nos ha llevado la sociedad moderna de los principios alimentarios naturales. Nunca ha existido el surtido de alimentos "manufacturados" o cultivados con aditivos, sustancias químicas y conservantes artificiales para enviar a largas distancias. Aunque hemos aumentado el acceso a alimentos de todo el mundo en todo momento y tenemos acceso a una abundancia y variedad de alimentos, las enfermedades crónicas están aumentando en EE. UU., y en muchos países de todo el mundo, ya que nos hemos alejado de los principios alimentarios naturales.
Como estamos empezando a aprender, debemos volver a una forma más alimentación más natural para sanar y prosperar como especie. Nuestros antepasados estaban más en contacto con la naturaleza y utilizaban sus ciclos en las prácticas agrícolas tradicionales. Los solsticios eran momentos para plantar determinados cultivos, y las plantas se cosechaban según el tiempo, que podía cambiar de un año a otro. En muchas culturas antiguas, ciertos alimentos sólo se cosechaban durante fases específicas de la luna. Estos principios se observan hoy en el enfoque biodinámico de la alimentación y la nutrición, un enfoque holístico, ecológico y ético de la agricultura. En estas filosofías holísticas, integramos la inteligencia de la naturaleza en lo que comemos.
El microbioma intestinal y la alimentación estacional
En el contexto moderno, hemos hace relativamente poco conocido la importancia del microbioma intestinal, los billones de microorganismos y su material genético que habitan en el intestino, y su papel en nuestra salud general. Cuando no tenemos la cantidad o diversidad adecuadas de bacterias y otros microbios sanos en nuestro intestino, no podemos no podemos digerir y metabolizar eficazmente. Cuando hay menos diversidad de especies, podemos tener incluso problemas de inflamación y de integridad de la pared intestinal, un mayor riesgo de enfermedades crónicas y efectos adversos sobre nuestro estado de ánimo. Se está investigando mucho sobre el microbioma intestinal y sobre cómo mantener los microbios prósperos y en un equilibrio saludable.
Curiosamente, las investigaciones demuestran que la población de bacterias de nuestro intestino cambia según la estación del año. En las tribus de cazadores-recolectores, el microbioma cambia cuando su dieta pasa de la estación húmeda a la seca. Los alimentos locales y estacionales que comemos afectan a nuestro microbioma, y hay pruebas de que las señales externas del entorno también empiezan a provocar parte del cambio en las bacterias intestinales para adaptarse a los nuevos alimentos que se cosechan.1
Hay estudios en otras especies animales que indican que se producen cambios estacionales en el microbioma intestinal junto con otros cambios fisiológicos. Parece que el cambio de clima inicia un desplazamiento hacia microbios que están preparados para digerir los alimentos de la estación.2
Hay pruebas de que esto también ocurre en los seres humanos. Nuestros cuerpos parecen haber evolucionado para adaptarse a los cambios estacionales. Las investigaciones demuestran que las personas de climas más fríos tienen composiciones microbianas diferentes de las de climas más cálidos.3 Comer alimentos locales y de temporada puede mejorar la digestión y el metabolismo al favorecer este microbioma variable.
La Dieta Climatariana para la Salud y el Medio Ambiente
Una clasificación relativamente nueva de los tipos de dieta es la "dieta climatariana". La dieta climatariana fomenta el consumo de alimentos locales, de temporada y frescos que requieren un transporte, una refrigeración y un procesamiento mínimos, al tiempo que minimiza el consumo de carne. ¡Se calcula que la comida típica estadounidense recorre unos 1500 kilómetros desde la granja al plato! Si puedes comprar en un mercado agrícola, mantener un huerto en casa o participar en una CSA, puedes hacer de los alimentos locales y de temporada tu dieta principal.
Esto no significa que nunca comas alimentos que no sean locales o de temporada, sino que empieces por lo que es fresco, local y de temporada y construyas tus comidas a partir de ahí. Dado que los alimentos varían naturalmente de una estación a otra, se obtiene una gran variedad de alimentos a lo largo del año que favorecen una amplia gama de bacterias en el intestino, a la vez que proporcionan a tu organismo una serie de nutrientes. Además, algunos estudios demuestran que seguir una dieta más local y estacional, como la dieta climatariana (además de las dietas vegana y mediterránea), es más saludable para el planeta, ya que provoca un menor impacto ambiental.4
Cualidades ayurvédicas de los alimentos
Un concepto relacionado con la alimentación estacional que no se utiliza en la nutrición occidental es la clasificación que hacen los sistemas médicos orientales de los alimentos según sus cualidades, conocidas como gunas en Ayurveda. Se describían cualidades como "calentador" o "enfriador", "pesado" o "ligero", que tienen efectos diferentes en nosotros desde el punto de vista fisiológico. Se reconoció que estos alimentos afectan de forma diferente a nuestro metabolismo y digestión. Podemos ver estos efectos en nuestras vidas, pues reconocemos cómo nos sentimos después de comer alimentos "refrescantes", como el pepino y la sandía, en comparación con cómo nos sentimos después de comer alimentos "calentadores", como el jengibre y los pimientos picantes.
En los tiempos modernos, cada vez hay más investigaciones sobre el concepto de alimentos "termogénicos", que son similares a los alimentos "calentadores" que se han descrito. Teniendo esto en cuenta, los sistemas curativos tradicionales nos enseñan a contrarrestar la acumulación de calor del ambiente, por ejemplo, en los meses calurosos, comiendo más alimentos refrescantes.
Por el contrario, durante los meses fríos, podemos comer más alimentos y especias calentadores para estimular la digestión y el metabolismo, dilatar los vasos sanguíneos y mantenernos calientes. Algunos alimentos se consideran "ligeros", mientras que otros son "pesados" o "enraizantes". Los tipos de alimentos que produce la naturaleza se alinean con lo que puede mantenernos equilibrados durante una estación concreta. Por ejemplo, muchos alimentos refrescantes y ligeros, como las verduras de hoja verde, las hortalizas y las frutas frescas, abundan en primavera y verano. Cuando el tiempo cambia a un otoño seco y ventoso y a un invierno frío, vemos más alimentos "enraizantes", como las calabazas y las hortalizas de raíz.
Investigación sobre el microbioma
Estas recomendaciones están siendo validadas por la investigación sobre el microbioma. Cuando nos exponemos al frío a finales del otoño y en invierno, la alimentación tradicional nos dice que comamos más alimentos calientes y cocinados para mantener los pies en la tierra, al tiempo que añadimos especias vigorizantes que nos calienten. La exposición al frío puede provocar cambios en el metabolismo; el cuerpo tiende a absorber calorías más rápidamente, y la composición intestinal tiende hacia microbios que digieren mejor los alimentos más pesados y ricos en almidón.5 Aunque la investigación sigue su curso, parece que nuestro cuerpo está destinado a ralentizar y nutrirse en respuesta al frío para sobrevivir al invierno.
En primavera, las recomendaciones tradicionales son comer alimentos secos y ligeros tras un invierno de alimentos más pesados. Resulta natural cambiar a alimentos que la naturaleza nos da en primavera y a principios de verano, como verduras y hortalizas. Cuando llega el verano, la naturaleza nos da frutas, verduras y hortalizas frescas que pueden refrescarnos. Estas recomendaciones se aplican a un clima típico de cuatro estaciones, pero estos mismos principios pueden aplicarse en cualquier lugar del planeta, en función del clima y las estaciones locales.
Puedes fijarte en la naturaleza que te rodea para saber qué comer mientras aprendes formas tradicionales y naturales de conservar los alimentos para los meses más fríos.
Consejos prácticos para la alimentación estacional
A la luz de este conocimiento tradicional, he aquí algunos consejos para comer en consonancia con la naturaleza y sus estaciones:
- Come alimentos locales y de temporada en la medida de lo posible.
- Come más alimentos vegetales locales, que contienen fitoquímicos curativos.
- Ajusta tu dieta en función de la estación:
- Verano (o meses calurosos del año):Come alimentos ligeros y refrescantes como ensaladas, verduras y fruta fresca.
- Otoño y principios de invierno (meses secos y fríos): Come más alimentos cocinados, húmedos y pesados con muchas especias calientes.
- Finales de invierno y principios de primavera (meses fríos y húmedos): Laligera la dieta con verduras y hortalizas crudas o poco cocinadas.
Cuando nos fijamos en la sabiduría de los antiguos sistemas curativos, comprendemos la íntima conexión entre nuestros cuerpos, el medio ambiente y nuestros microbios, que funcionan como un ecosistema. También honramos el hecho de que evolucionamos con la naturaleza, y los ciclos de la naturaleza son nuestros ciclos. Cuando volvemos a conectar con esta sabiduría, comer alineados con la naturaleza puede sanarnos tanto a nosotros mismos como al planeta.
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Referencias:
- Smits, S.A., et al. (2017).Ciclos estacionales en el microbioma intestinal de los cazadores-recolectores Hadza de Tanzania. Ciencia, 357(6353), 802-806 doi: 11126/science.aan4834
- Ferguson, Laura V.et al. (2018). Los cambios estacionales en el microbioma intestinal de los insectos coinciden con cambios en la tolerancia al frío y la inmunidad. Publicaciones de Biología. 98.
- Suzuki, T.A., Worobey, M. (2014). Variación geográfica de la composición microbiana del intestino humano.Cartas de Biología, 10(2). doi: 10.1098/rsbl.2013.1037
- Dixon, KA, et al. (2023). Las dietas modernas y la salud de nuestro planeta: Una Investigación sobre los Impactos Medioambientales de las Elecciones Alimentarias. Nutrientes. 30 de enero;15(3):692.
- Chevalier, C., et al. (2015). La microbiota intestinal orquesta la homeostasis energética durante el frío.Célula, 163, 1360-1 doi: 10.1016/j.cell.2015.11.004