A finales de septiembre de 2022, la Casa Blanca organizó su segunda conferencia sobre hambre, salud y nutrición. El primer evento se celebró hace más de 50 años, pero puso en marcha muchos de los programas que conocemos hoy, como "los almuerzos escolares, el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC) y los cambios en la forma de etiquetar los alimentos".
El objetivo de este último acto era debatir sobre cinco pilares clave para abordar la nutrición y la salud de los ciudadanos de Estados Unidos , entre ellos:
La capacidad de alcanzar los objetivos anteriores depende de las circunstancias únicas de la vida y la salud de cada individuo, como su entorno, carrera profesional, relaciones, y su bienestar físico. No se trata sólo de la comida en sí, sino de todos los demás aspectos de la vida que influyen en las elecciones alimentarias que uno puede hacer.
Aquí en el IIN entendemos y enseñamos el valor de obtener no sólo una educación nutricional, sino una educación nutricional integradora y holística , que abarque el conocimiento de todo lo que tiene el potencial de nutrirnos dentro y fuera de nuestros platos.
Una enfermedad crónica es una afección que dura al menos un año, requiere atención médica continua y limita la capacidad de llevar una vida "normal". Las enfermedades crónicas suelen denominarse enfermedades no transmisibles (ENT), lo que significa que no pueden transmitirse de una persona a otra, y suelen ser el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales, fisiológicos y conductuales. Ejemplos destacados de ENT son las enfermedades cardiovasculares, muchos tipos de cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas.
Las tasas de dichas enfermedades crónicas están impulsadas por una amplia gama de factores, desde la falta de actividad física y la mala alimentación hasta factores más complicados como la urbanización global, la inestabilidad financiera y una población cada vez más envejecida. Estos factores conducen a problemas metabólicos como el aumento de la tensión arterial, la elevación del azúcar en sangre y el colesterol alto, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Los determinantes sociales de la salud son los aspectos de la vida que influyen en la capacidad del individuo y de la comunidad para tomar y mantener decisiones que mejoren la salud, como el acceso a los alimentos, el transporte y la atención sanitaria.
La pobreza está estrechamente vinculada al desarrollo de enfermedades crónicas. Las comunidades de ingresos bajos y medios se ven afectadas de forma desproporcionada por las ENT, ya que el 75% de las muertes mundiales por ENT se producen en este grupo demográfico; esto supone más de 30 millones de muertes al año.
Controlar y tratar una ENT es caro, y el aumento de los costes de la atención sanitaria agrava el problema, afectando a las comunidades más vulnerables. En las comunidades más pobres, los costes de la atención a las enfermedades crónicas pueden llegar a ser abrumadores. Y como las ENT suelen ser caras y de por vida, combinadas con la pérdida de ingresos que puede suponer enfrentarse a una enfermedad de larga duración, las enfermedades crónicas empujan a millones de personas a la pobreza cada año.
En apoyo de la conferencia, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos afirmó la importancia del acceso a cuidado de la salud de calidad en relación con la lucha contra las enfermedades crónicas. El informe elaborado por el comité de la conferencia cita la pobreza como factor clave en el aumento de las ENT, afirmando que "el acceso a alimentos de calidad es generalmente mucho menor en los barrios de bajos ingresos y en los barrios donde los residentes son predominantemente personas de color".
Sin embargo, la gestión de las enfermedades crónicas no es tan sencilla como decir al público que coma mejor y haga más ejercicio. Es necesario establecer un marco para ayudar a los que más luchan y sufren. Durante la conferencia, la administración Biden-Harris restableció su objetivo de "acabar con el hambre y aumentar la alimentación sana y actividad física para 2030, de modo que menos estadounidenses padezcan enfermedades relacionadas con la dieta".
Al aplicar los cambios esbozados en la estrategia de la Casa Blanca, se capacitará a los ciudadanos para que utilicen las herramientas que se les ofrecen con el fin de mejorar su propio bienestar. Las políticas puestas en marcha deben abordar las causas profundas de la desnutrición, las enfermedades relacionadas con la dieta y la inseguridad alimentaria. Como afirma el informe, la pandemia de COVID-19 no hizo sino exacerbar la inseguridad alimentaria, las disparidades sanitarias y las consiguientes enfermedades relacionadas con la dieta. Estas condiciones, a su vez, aumentan desgraciadamente el riesgo de experimentar síntomas graves y morir a causa del COVID-19.
La inseguridad alimentaria es una de las cuestiones abordadas en la estrategia presentada por la Casa Blanca. La administración reconoce que hay muchos factores que contribuyen a la inseguridad alimentaria y a los problemas de salud resultantes, como el acceso a una atención sanitaria segura, una vivienda y un transporte seguros, oportunidades de educación y empleo, y un buen diseño de los barrios (por ejemplo, la proximidad a tiendas de comestibles). La estrategia pretende ayudar a quienes sufren inseguridad alimentaria ampliando el número de personas que pueden acogerse a programas federales como SNAP y WIC; mejorando el acceso a comidas escolares gratuitas y saludables para 9 millones de niños más, incluso durante los meses de verano; evitando la pérdida y el desperdicio de alimentos; y trabajando para invertir en el desarrollo comunitario y económico con el fin de aumentar el acceso a los alimentos.
En este sentido, la administración menciona específicamente que la Administración de Pequeñas Empresas Estados Unidos dará "prioridad en la clasificación a las solicitudes de organizaciones que beneficien a las empresas alimentarias y nutricionales en el Concurso del Fondo Acelerador del Crecimiento (GAFC). El GAFC apoya el desarrollo y el crecimiento de las pequeñas empresas y los ecosistemas de innovación de las startups". Este programa puede trabajar para integrar el uso de trabajadores sanitarios comunitarios -como los Entrenadores Sanitarios- en comunidades desatendidas.
Estos programas existen y benefician a millones de personas en todo el país; pero ¿por qué sigue aumentando la prevalencia de la enfermedad? Hay una desconexión entre el saber y el hacer, y a menudo radica en la necesidad de apoyo. Con un profundo conocimiento de salud holística y el bienestar, los Entrenadores Sanitarios están bien equipados para trabajar con la población para prevenir las enfermedades relacionadas con la dieta.
Hay más oportunidades para que los Asesores Sanitarios participen en el trabajo del gobierno local, estatal y nacional y en la aplicación de políticas que apoyen la prevención del hambre y de las enfermedades. Los entrenadores pueden proporcionar recursos a las familias sobre cómo moverse por la tienda de comestibles local, dónde encontrar mercados de agricultores que acepten el SNAP y otras prestaciones, y defender y presionar para aumentar el acceso a los servicios que hacen posible el bienestar, desde el transporte hasta la planificación urbana.
Capacitar a las personas para que tomen las riendas de su salud siempre beneficiará a la comunidad en general, debido al fenómeno conocido como efecto dominó: empiezas a hacer cambios y los que te rodean quieren saber cómo lo has hecho y cómo pueden hacerlo ellos también.
Durante más de 30 años, el IIN ha estado enseñando a personas de todo el mundo a cambiar sus propias vidas para luego salir y transformar las vidas de los demás. Como hemos aprendido aquí, no se trata sólo de comida, sino también de las cosas que están fuera de nuestros platos y que nos alimentan y nutren. Los Health Coaches de todo el planeta tienen oportunidades increíbles de hacer del mundo un lugar más sano, y pueden empezar aquí, en el IIN.
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