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Vive con conciencia

Nueve maneras de controlar el estrés estas fiestas

La época navideña gira en torno a las tradiciones, pero ¿qué ocurre si las tradiciones con las que creciste no encajan con tu auténtico yo actual? Crecí con una madre extrovertida que invitaba a todo el mundo a nuestras fiestas familiares. Aunque pensaba que era la anfitriona más amable y hospitalaria, ¡también vi cómo su cuerpo pagaba el peaje de pasarse semanas preparando fiestas! A la hora de la verdad, ni una sola vez la vi sentarse de verdad, disfrutar de su propia cocina o relacionarse con los invitados.

Al pasar a la edad adulta, me encontré intentando seguir los pasos domésticos de mi madre y descubrí que, sencillamente, no me gustaba. En cambio, mis preferencias en cuanto a las fiestas se inclinan más hacia las reuniones íntimas, informales e improvisadas. En resumen, la planificación, la preparación, el entretenimiento, la decoración y la limpieza durante las fiestas son mucho más de lo que estaba dispuesta a tolerar y estaban completamente fuera de mi zona de confort. Tras muchos años de intentarlo, acepté mi autenticidad y dejé de intentar cumplir las expectativas de los demás; en consecuencia, dejé de organizar grandes reuniones navideñas.

Dejando a un lado mis sentimientos, las fiestas siguen estando rodeadas de expectativas. He reunido algunos consejos sobre cómo abrazar tus pasiones, permanecer en tu zona de confort y experimentar el menor estrés posible estas fiestas.

1. Contrata ayuda

Si durante la semana normal te cuesta cocinar la cena, es probable que durante las fiestas estés aún más estresado. Ponte en contacto con amigos y familiares que conozcan servicios de catering o chefs personales y contacta con ellos para que te ayuden, no sólo a cocinar, sino también a comprar y preparar la comida.

Aunque me encanta cocinar, trabajo muchas horas y soy madre soltera. Debo ser realista con mi tiempo y con cuánto puedo manejar, y me siento muy bien pagando a chefs locales para que preparen la mayor parte de la comida. No sólo está siempre deliciosa, sino que también es una forma maravillosa de apoyar a otros en lo que les aporta alegría y propósito.

Si esto no está dentro de tu presupuesto, a menudo encontrarás que los mercados de alimentos y restaurantes locales ofrecen catering para las vacaciones, y no es tan costoso, todo sea dicho. Recuerda que el tiempo también es dinero. También puedes hacer un potluck y asignar a tus invitados que contribuyan con partes de la comida, desde los aperitivos hasta el postre, para que el coste de toda la cena no recaiga sobre ti.

2. Planificar con antelación

Preparar, cocinar y congelar los platos con antelación aliviará la presión y la ansiedad que conlleva cocinar el día de las fiestas. Estas fiestas se celebran todos los años, así que planificar el menú con antelación puede aliviar la carga mental.

En otro orden de cosas: con todo lo que ha estado ocurriendo en el mundo en los dos últimos años, sin duda podría haber algunos debates cargados en torno a la mesa. Si sabes que hay polarización entre tus seres queridos, establece límites cariñosos e informa a tus invitados de que prefieres que nadie hable de ciertos temas. Si esto no te parece una opción, crea tus propias condiciones.

Si se te acerca alguien provocador, declina amablemente hablar de ese tema concreto, practica una respuesta de antemano para que no te pille desprevenido, o excúsate amablemente de la discusión. Lo importante es que te centres en tu propio comportamiento y no en el de tus familiares. Toma el control de tu propio compromiso y da un ejemplo centrado y cariñoso.

3. Sé creativo

Sin duda, las fiestas son caras, pero no tienen por qué ser una carga económica para ti y tu familia. No hay motivo para que uno tenga que anticiparse a gastar cubos de dinero en sus seres queridos, sobre todo cuando, como colectivo, deberíamos ser mucho más conscientes del consumo y del efecto que tiene en nuestro planeta.

En lugar de imprimir tarjetas navideñas, salva algunos árboles y considera la posibilidad de enviar felicitaciones digitales. Ponte mañoso y haz regalos con materiales que tengas por casa; ¡te sorprenderá lo que encuentres! Los regalos hechos en casa son preciosos y significativos. Por ejemplo, un álbum de fotos de vuestros mejores recuerdos juntos o un libro de cocina con las recetas familiares favoritas escritas a mano.

4. No hagas regalos

Hablando de ser creativos, considera la posibilidad de hacer un intercambio de tarjetas regalo. En lugar de comprar un regalo a cada miembro de la familia, ponte de acuerdo con todos sobre un presupuesto fijo y pídeles que compren una única tarjeta regalo para lanzarla a un sombrero. De este modo, todo el mundo recibe una gran tarjeta regalo, y se reducen todas las contemplaciones, la elaboración de listas y los gastos de los regalos tradicionales.

Decidir qué comprar a alguien es algo muy personal y a menudo puede ser la parte más estresante de la temporada. En este caso, si alguien se queda con una tarjeta regalo que no quiere, pueden intercambiarla entre ellos. Personalmente, me encantan las tarjetas regalo que ofrecen experiencias como comidas en restaurantes, visitas a parques de atracciones, clases de cocina, clases de arte, eventos en salas de escape y tratamientos de spa.

5. Saber cuándo hacer pausas

Conoce tus limitaciones. Si sientes que puedes estar llegando a tu punto de ruptura, excúsate. Da una vuelta a la manzana, respira aire fresco, ofrécete a coger a un bebé dormido, friega los platos, ve a sentarte a la mesa de los niños, busca una habitación tranquila o enciérrate en el baño (algo que, reconozco, he hecho muchas veces). Comprender cuándo necesitas un descanso y tomártelo es un acto de amor propio, y te ayudará a controlar mejor la ansiedad y a mostrarte ante los demás como tu mejor yo.

6. Reduce la lista de invitados

Aunque los acontecimientos recientes probablemente se hayan encargado de ello, no deberías sentirte obligado a organizar grandes reuniones esta temporada. Las reuniones más pequeñas e íntimas permiten mantener conversaciones de calidad y disfrutar de la compañía de los demás. Muchos de nosotros llevamos mucho tiempo sin ver a nuestras familias, así que aprovecha esta ocasión para reconectar de forma significativa.

7. Establece un horario y delega

Escribe en un papel todo lo que esperas conseguir, desde tus mayores prioridades hasta las cosas menos importantes. Pero no olvides incluir autocuidado: Si te sientes abrumado, es bien decir que no y tachar algunas de las tareas de tu lista.

No tienes por qué asistir a todas las fiestas a las que te inviten, y no hay nada de malo en ir a buscar dulces precocinados o en que tus seres queridos compartan las responsabilidades. Si quieres que tus vacaciones sean lo menos estresantes posible, aprender a delegar es esencial.

8. Practica la Atención Plena

Si aún no tienes una, considera la posibilidad de establecer una práctica de atención plena antes de las fiestas. Tener algo en marcha para prepararte para cualquier problema que pueda surgir puede ayudarte a activar tu sistema nervioso parasimpático, lo que te permitirá sentir calma en los momentos de estrés. La práctica puede incluir meditación, ejercicios de respiración profunda, mantras repetidos, yoga reconstituyente, caminar con atención y sesiones de ritmos binaurales.

9. Hazlo todo con moderación

Tendemos a comer en exceso y a darnos caprichos durante las fiestas, y a menudo somos sedentarios, lo que puede hacer que nos sintamos poco saludables. Intenta mantener tus hábitos alimentarios habituales durante las fiestas en la medida de lo posible y limita tu consumo de azúcar y alcohol.

Encontrar la alegría en medio del estrés

La dura realidad del clima actual es que muchos de nosotros no podemos viajar para estar con nuestros seres queridos durante las fiestas. Si ésta es tu situación, debes saber que muchas personas de todo el mundo también se sienten desconectadas y lejos de casa. En previsión de ello, planifica una reunión virtual, prepara tu plato favorito, ve algunas comedias, regálate algo especial y sabe que te quieren verdadera y profundamente.

En última instancia, recuerda hacer lo que te haga feliz y te aporte alegría. Las fiestas no consisten en ser perfecto ni en aparecer como alguien que no eres. Es una oportunidad maravillosa para adentrarte en tu auténtico yo y regalarte amor propio y compasión.

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