Haz el trabajo y confía en el proceso
Michelle fue la tercera clienta que se apuntó a mi programa después de graduarme en el IIN. Mientras ella estaba sentada frente a mí escribiendo un comprobar por el coste total del programa, yo pensaba: "No tengo ni idea de cómo voy a ayudar a esta mujer".
Michelle era profesora en el estudio de yoga donde yo alquilaba un pequeño espacio. Tenía problemas de alergias y un síndrome premenstrual grave, y quería perder unos 5 kilos. A pesar de ser físicamente activa y comer muy limpio, no era capaz de resolver estos aspectos de su salud, por lo que decidió trabajar conmigo.
Michelle me dijo más tarde que mientras escribía el comprobar también se preguntaba cómo podría ayudarla.
Antes de reunirme con cada cliente, siempre pido orientación. Luego la libero y me recuerdo a mí misma que debo confiar en el proceso. Mis clientes te dirán que ése es también mi mantra para ellos: haz el trabajo y confía en el proceso.
En las primeras sesiones con Michelle, sentí como si mis peticiones de orientación se hubieran quedado atascadas en algún lugar del Universo y no fueran escuchadas.
Confiar en el proceso para ambos fue todo un reto. Michelle comía mucha verdura y grasas y proteínas saludables. A ella y a su marido les encantaba cocinar, así que la mayor parte de su comida era casera. Tenía un trabajo que le gustaba y relaciones le llenaba. Era muy activa cada día.
Nos quedaban nueve sesiones juntos y, por mi vida, no podía imaginar qué más podíamos explorar juntos. Seguí pidiendo orientación y sabiduría. Seguí llevando muestras de comida y haciendo los ejercicios con ella. Pero empezaba a temer nuestras sesiones porque me sentía incompetente a la hora de ayudar a Michelle a alcanzar sus objetivos.
Entonces, un día en que ni siquiera me estaba preparando para nuestra siguiente sesión juntos, me di cuenta. Michelle tenía sensibilidad alimentaria. Había estado leyendo La dieta de la grasa falsa, del Dr. Elson Haas, uno de los libros que encontré en el IIN, y se me vino Michelle a la cabeza. De hecho, estaba emocionada por nuestra siguiente sesión.
Cuando le expliqué la idea de que puedes ser sensible a los alimentos -incluso a los "sanos"- y que pueden aumentar la inflamación (¡alergias!) y causar estragos en tus hormonas, Michelle escuchó y pareció un poco escéptica. Yo tenía allí un ejemplar de mi libro y me ofrecí a que se lo llevara. Leyó el libro y resonó en ella. De hecho, en nuestra siguiente sesión, ya había empezado a hacer algunos cambios en la dieta. En poco tiempo, sus alergias disminuyeron, su síndrome premenstrual exagerado se calmó y empezó a perder peso. Michelle se sometió a pruebas de sensibilidad alimentaria y descubrió que algunos de los alimentos "sanos" que comía habitualmente estaban inflamando su organismo.
Tengo a mano el testimonio escrito de Michelle porque es la clienta que realmente me ayudó a comprender que cuando digo "confía en el proceso", no son sólo palabras. Son un recordatorio para mí de que la verdadera curación no viene de una pastilla. No se trata de poner una tirita a nuestros síntomas. La verdadera curación tiene capas y puede llevar más tiempo del que deseamos.
Tanto si eres el coach de salud como si eres el cliente, el siguiente paso no siempre está muy claro. Trabajar con Michelle reafirmó mi elección de convertirme en coach de salud. Lo que aprendí trabajando con ella me ayudó a crear los cimientos del trabajo que hago hoy. Mi éxito se basa en lo que aprendí sentada frente a esta clienta y recordándome a mí misma y a ella que hiciéramos el trabajo y confiáramos en el proceso.
Angelle Batten, promoción del IIN de 2005 (Programa presencial) y 2012 (Programa a distancia), es la fundadora de AngelleBatten.com, donde enseña a las madres a alimentar a sus familias de forma más sana, paso a paso. Le gusta salir con su marido, sus tres hijos y su gran perro negro Oliver. Puedes conectar con Angelle en su blog, Facebook y Twitter.