autocuidado no es sólo un lujo para la alta dirección; es una parte esencial de cada trabajo. Puede combatir el estrés laboral que padece el 44% de los empleados de todo el mundo, y también mejorar nuestras vidas fuera del trabajo.
autocuidado consiste en cuidar de nosotros mismos, no sólo de nuestras necesidades físicas, sino también mentales, emocionales y espirituales. Desarrollar el hábito de autocuidado requiere tiempo y compromiso, y es vital para desarrollar resiliencia ante los factores estresantes cotidianos a los que nos enfrentamos.
autocuidado también es bioindividual: Lo que resulta calmante y relajante para una persona puede no ser tan eficaz para otra. Lo que a ti te relaja es exclusivo de tu situación, tu educación, tus recursos y tus preferencias.
La mayoría de la gente asume que autocuidado debe realizarse por las tardes y los fines de semana, no durante la jornada laboral. Pero autocuidado no es egoísta; debe (¡y puede!) utilizarse todos los días. Y tu carrera profesional debe servir para mejorar tu bienestar personal y profesional, no ser simplemente un medio para un fin.
Aquí tienes nueve formas de asegurarte de que te cuidas durante la semana laboral.
Aprende a decir que no si tienes demasiadas cosas entre manos, sobre todo si quieres seguir entusiasmado y comprometido en el trabajo. Aunque pueda resultar atractivo parecer un superdotado, decir que sí a todo acabará por agotarte. Sé honesto contigo mismo sobre cuánto puedes manejar y antepone siempre tu bienestar.
A menudo somos nuestros críticos más duros. Cuando cometas un error, pregúntate cómo hablarías a un amigo o compañero de trabajo en la misma situación y trátate a ti mismo de ese modo. Los errores son oportunidades de aprendizaje. Asume la responsabilidad de lo que hiciste o dejaste de hacer y empieza a darle la vuelta a la situación resolviendo el problema.
Es fácil dejarse llevar por la jornada laboral y no levantarse de la mesa durante horas. Pero esa práctica no es buena para nosotros: ni para nuestra espalda ni, desde luego, para nuestra mente. El estilo de vida sedentario que conllevan la mayoría de los trabajos de oficina puede provocar aumento de peso, dolor de espalda y enfermedades cardiacas.
Las pausas en la oficina no sólo permiten pasar tiempo fuera de ella, sino que incluso ejercicios sencillos como caminar y estirarse son buenos para la mente y el cuerpo. Se sabe que el ejercicio aumenta las "hormonas de la felicidad", como las endorfinas, así como la serotonina, que regula el estado de ánimo y el apetito.
Beber más agua a lo largo del día puede ayudarte a sentirte con más energía. Hay botellas de agua de todas las formas y tamaños, y puede ser divertido tener una botella designada para el trabajo que guardes en tu escritorio. La deshidratación puede hacer que baje tu tensión arterial, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y te hace sentir agotado. Si no te gusta el agua sola, aquí tienes algunos consejos para animar tu ingesta diaria.
¿Alguna vez has mirado una pantalla durante tanto tiempo que te han empezado a picar y a secarse los ojos? Gracias en parte a la luz artificial, los dolores de cabeza y la visión borrosa son efectos secundarios habituales de mirar los dispositivos durante periodos prolongados. Para las personas que trabajan con ordenadores todo el día, la exposición a la luz azul es inevitable. Intenta instaurar la regla 20-20-20: Por cada 20 minutos que pases utilizando una pantalla, mira algo que esté a 6 metros de ti durante un total de 20 segundos.
Si tu trabajo implica muchas idas y venidas por correo electrónico, es fácil que te atasques respondiendo a la gente y pierdas tiempo necesario para otras tareas. En lugar de interrumpir tu flujo de trabajo cada vez que llega un mensaje, considera la posibilidad de reservar momentos específicos dedicados a leer y responder correos electrónicos. Por ejemplo, comprobar tu bandeja de entrada una vez al empezar a trabajar, otra vez antes de comer y otra como última tarea antes de terminar tu jornada laboral.
La mayoría de la gente pica entre horas, y picar puede ser una forma saludable de mejorar tu energía cuando llegas a ese bajón de media tarde. Entre las opciones saludables para el cerebro y que aumentan la energía están las bayas, los frutos secos, las semillas, el té verde, el chocolate negro y las algas. "Lo que le das de comer a tu cuerpo también afecta a tu cerebro", dice Meghan Vestal, asesora de salud en nutrición integrativa. "Los suplementos funcionan bien, pero obtener nutrientes de los alimentos es una forma más deliciosa de mantener sano el cerebro".
Aunque no seas una mariposa social, tener gente con la que charlar y en la que confiar en el trabajo marca una gran diferencia. Estas conexiones también pueden convertirse en amistades en el mundo real. Además, las amistades son buenas para la salud. Fomentar una comunidad de personas es una parte importante para mantenerse mentalmente bien, y las amistades fuertes también pueden reducir los niveles de estrés en el trabajo y en casa.
autocuidado también implica cómo te hablas a ti mismo de ti mismo. Sentirse abrumado y ansioso en el trabajo es habitual, y mucha gente puede temer no estar rindiendo lo bastante bien o sentirse poco apreciado por los jefes. Es importante que seas tu mayor animador. Lleva un registro de los pequeños logros y recuérdate a menudo que estás haciendo un buen trabajo.
El agotamiento y el agotamiento suelen interpretarse erróneamente como señales de que eres un empleado entregado y profundamente comprometido con tu carrera profesional. Pero ahora muchas personas le dan la vuelta a esa expectativa. Trabajar en exceso no nos permite cosechar los beneficios de todo ese esfuerzo, sobre todo cuando estamos demasiado cansados para disfrutar de nuestro tiempo fuera de la oficina.
Centrarse en autocuidado en el trabajo puede ayudar a equilibrar la productividad con la necesidad absoluta de mantener nuestro bienestar físico, mental y emocional.