Publicado:
3 de septiembre de 2019
Última actualización:
28 de abril de 2021

8 Maneras Fáciles de Minimizar el Desperdicio de Alimentos

Samvida Patel, editora de contenidos del IIN, promoción de febrero de 2015

¿Sabías que hasta el 40% de los alimentos de Estados Unidos no se comen? Globalmente, se calcula que 1/3 de todos los alimentos se pierden o se desperdician. Piensa en cuánta agua se empleó en producir esos alimentos: es casi el 25% del agua dulce de todo el mundo tirada por el desagüe.

Vivimos en una época en la que se produce comida suficiente para alimentar a todos los seres humanos del planeta, y sin embargo más de 820 millones de personas pasan hambre. Oír unas estadísticas tan desalentadoras puede llevarte a sentirte impotente. Sin embargo, ¡tú puedes marcar la diferencia! La mayor parte del desperdicio de alimentos se produce a nivel del consumidor, lo que significa que podemos hacer mucho para frenar el problema.

Al hacer un esfuerzo consciente para reducir el desperdicio de alimentos, estás estirando los dólares gastados en comida, protegiendo al planeta de los gases de efecto invernadero emitidos por los alimentos que se pudren en los vertederos y reduciendo la mano de obra, el agua y la energía que se emplean en la producción de alimentos. ¡Hablando de beneficios múltiples!

Dicho esto, aquí tienes ocho estrategias sencillas (más sencillas que el compostaje) para reducir el desperdicio de alimentos:

1) Sigue la regla del orden de llegada.
Planifica tus comidas en función de lo que hayas comprado primero. Si es imposible saber qué compraste cuándo, considera la posibilidad de organizar el frigorífico de modo que el estante superior contenga los alimentos que debes consumir inmediatamente. Todo lo que compres después puedes guardarlo en los estantes o cajones inferiores. Etiqueta los estantes o crea notas adhesivas del tipo "úsame primero" para reducir el trabajo de detective.

Consejo: Lo mejor de las verduras demasiado maduras es que puedes hacerlas apetecibles de forma eficiente salteándolas, incorporándolas a un guiso o mezclándolas en una sopa sustanciosa. Esta es tu oportunidad de recrear el programa Chopped de Food Network y elaborar deliciosas recetas en tu propia cocina. 

2) Huye de los chollos.
Por muy tentador que resulte ahorrarse uno o dos pavos comprando a granel, en realidad no es un chollo si la comida acaba en tu cubo de la basura. Aunque pueda suponer viajes extra al supermercado, comprarás sólo lo que necesites.

Consejo: Algunos alimentos, como los cereales, los frutos secos y la fruta deshidratada, duran mucho más, por lo que probablemente esté bien comprarlos a granel. Guardarlos en el frigorífico (en recipientes de cristal) ayuda a conservarlos aún más tiempo.

3) Hazte amigo de tu congelador.
Congelar los alimentos es una forma excelente de evitar que los productos se estropeen, así como de conservar los nutrientes y tener una comida disponible cuando más la necesites. Un error común es creer que las comidas congeladas no saben igual de bien. Sin embargo, siempre que guardes los alimentos en recipientes herméticos o los envuelvas bien, evitarás la "quemadura por congelación" y la consiguiente distorsión del sabor.

Consejo: Crea un sistema para asegurarte de que consumes los alimentos que guardas en el congelador en el momento oportuno.

4) No juzgues basándote en el aspecto.
Si celebramos la positividad corporal, ¡podemos extender ese concepto a los alimentos que comemos! Que las frutas y verduras no se ajusten a su forma convencional no significa que carezcan de sabor o nutrición. Empresas como Misfits Market, Imperfect Produce y Hungry Harvest rescatan productos con formas irregulares que de otro modo se desecharían. También podemos elegir frutas y verduras que probablemente serían rechazadas y desechadas por las tiendas de comestibles.

Consejo: No todas las manchas o protuberancias indican podredumbre. Siempre puedes cortar la parte dañada y salvar la mayor parte de la fruta o verdura.

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5) Subestima cuánto puedes comer.
Si estás en un bufé, en un catering o en casa de alguien, coge una ración más pequeña de la que crees que puedes comer. Siempre puedes repetir. Del mismo modo, si tienes invitados, deja que se sirvan ellos mismos. Esto no sólo evita que se desperdicie comida, sino que también reduce la posibilidad de comer en exceso por miedo a tirar comida. 

Consejo: Deja los cuencos y fuentes para servir en otro lugar y haz que la gente se sirva antes de sentarse. Si aún tienen hambre, ¡siempre pueden levantarse a por más!

6) Dedica un "día a las sobras".
Por muy agradable que sea consumir una comida fresca cada día, no siempre es realista con los horarios ajetreados. Incluir un día de sobras en tu semana te ahorrará tiempo en la cocina y te asegurará que aprovechas todo lo que has cocinado.

Consejo: Conviértelo en un experimento creativo, ¡y haz que toda la familia colabore! Averigua qué tipo de comidas puedes crear con las sobras utilizándolas de forma diferente a como lo hiciste el día anterior.

7) Empaquétalo o dónalo.
Las fiestas y las ocasiones monumentales (piensa en las bodas) pueden ser notorias por el desperdicio de comida. Si vas a celebrar una gran reunión, considera la posibilidad de empaquetar la comida para amigos y familiares o de ponerte en contacto con una organización local que recoja los restos de comida para donarlos.

Consejo: ¡También puedes hacerlo en un restaurante! Guarda los restos de comida para consumirlos más tarde o dónalos a alguien que los necesite.

8) Diferencia las fechas.
"Vender antes de", "Consumir preferentemente antes de" y "Consumir antes de" significan cosas muy distintas. Entender la distinción puede ayudar mucho a evitar tirar comida innecesariamente:

La fecha de caducidad la utilizan los supermercados para informar de cuándo deben retirarse los productos de las estanterías para garantizar la rotación frecuente de las existencias. No indica la calidad de los alimentos.

La fecha de caducidad tampoco implica que los alimentos no sean seguros de consumir después de la fecha indicada. Simplemente proporciona una estimación conservadora de cuándo debe consumirse el producto para obtener una calidad ideal.

La fecha de caducidad se refiere a la fecha en que deben consumirse los alimentos. Esto no significa necesariamente que el alimento se vaya a estropear si lo comes al día siguiente, pero, no obstante, ten precaución con éste.

¿Tienes otras ideas para frenar el desperdicio de alimentos? ¡Compártelas en los comentarios!

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