Brócoli "perfecto": ¿sano o con ánimo de lucro?

Aunque muchos aspectos del campo de la nutrición siguen envueltos en la controversia, hay un consejo en el que coinciden prácticamente todos los investigadores y expertos: come más verduras de hoja verde. Las verduras de hoja verde son ricas en vitaminas, minerales, fitonutrientes y antioxidantes, y consumirlas a diario puede reducir drásticamente el riesgo de obesidad, enfermedades cardiacas e incluso cáncer.

Sin embargo, según un informe de 2010 de los Centros para el Control de Enfermedades, sólo el 26% de los adultos estadounidenses comen verduras tres o más veces al día -eso incluye la lechuga en una hamburguesa- y sólo el 17% de las cenas incluyen una ensalada.

¿Por qué existe una aversión tan fuerte a las verduras? Las razones son complejas, pero mucha gente considera que los productos frescos son caros, incómodos y poco apetecibles. Aunque las verduras pueden ser la opción más sana, para mucha gente también son la menos atractiva.   

Como se detalla en un reciente artículo del New York Times, un científico se propone cambiar esta situación creando una nueva versión de una potencia nutricional: el brécol. Según Thomas Bjorkman, científico de plantas de la Universidad de Cornell, el brécol sólo es sabroso cuando se come justo después de ser recolectado; se vuelve amargo, gomoso y sulfuroso si permanece mucho tiempo.

Por desgracia, como el 90% del brócoli que se vende en Estados Unidos se cultiva en California, la mayoría de los estadounidenses sólo tienen acceso a un brócoli poco apetecible que ha sido transportado largas distancias y ha pasado tiempo de espera en un almacén.

Bjorkman y su equipo de investigación han creado una nueva forma de brécol que puede crecer en los climas más cálidos de todo el país y es fácil y barato de cultivar en grandes volúmenes. Mejor aún, el brécol es crujiente, ligeramente dulce y tierno. Para obtener una ventaja nutricional, el laboratorio pretende maximizar la concentración de los nutrientes de la planta que combaten el cáncer.

Al abordar las quejas y preferencias de los consumidores en el laboratorio, el objetivo último del equipo es animar a la gente a comer más fruta y verdura. El laboratorio de Cornell ha creado recientemente guisantes sin hebras, manzanas que no se doran al cortarlas y pimientos habaneros con todo su sabor, pero sin el picante.

"Si has comido brócoli realmente fresco, sabes que es algo totalmente distinto", dijo Bjorkman. "Y si el objetivo de la política sanitaria es aumentar enormemente el consumo de brócoli, entonces necesitamos un suministro listo, a un precio atractivo".

Otra ventaja del brécol de Bjorkman es su huella ecológica relativamente suave: cultivar los productos localmente elimina la necesidad de transportarlos en camiones de larga distancia que consumen mucha gasolina, generando menos gases de efecto invernadero.

Sin embargo, Bjorkman se ha asociado con Monsanto, y el gigante empresarial vende ahora las nuevas semillas de brécol a los agricultores de Georgia. Esta colaboración está dando que pensar. Aunque el brócoli se produce mediante métodos de cultivo bastante tradicionales y no se considera un organismo modificado genéticamente, la política de esta asociación parece desagradable y en gran medida motivada por los beneficios. "Es otro ejemplo del control de Monsanto sobre el suministro de alimentos", afirmó Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York.

Además, ¿deberíamos intentar crear un brócoli, unos guisantes o unas manzanas "perfectos"? Muchos alimentos ya son deliciosos y nutritivos tal como los creó la naturaleza. Y aunque es un objetivo excelente hacer que los productos frescos sean más accesibles y asequibles para todos, esto podría lograrse canalizando las subvenciones al maíz y la soja hacia la fruta y la verdura, no llenando aún más los profundos bolsillos de Monsanto.

¿Qué te parece? Teniendo en cuenta tanto la crisis de obesidad como la política alimentaria, ¿apoyas esta nueva versión del brécol?