El amor propio es una forma de apreciarte a ti mismo, derivada de acciones que apoyan nuestro crecimiento psicológico, emocional, físico y espiritual. Quererte a ti mismo significa tenerte en alta estima, cuidarte y estar contento con el lugar que ocupas en la vida. También significa anteponer tus necesidades y no sacrificar tu bienestar para que los demás sean felices. En otras palabras, ¡no te conformes con menos de lo que mereces!
Amarte a ti mismo también puede significar algo diferente para cada persona, porque todos tenemos formas distintas de practicar el amor propio y autocuidado. Averiguar tu definición de amor propio desempeña un papel importante en tu vida mental y salud emocional. El amor propio puede ser:
Cuando luchamos contra el amor propio, las emociones negativas pueden ser más frecuentes. Que estas emociones se manifiesten interna o externamente depende de la persona, pero pueden incluir sentimientos de vergüenza, culpa, soledad, inadecuación e ira.
Cuando no nos queremos a nosotros mismos, podemos optar por participar en actividades inseguras o arriesgadas, cosas que nos hacen sentir bien en el momento pero que pueden ser peligrosas o tener consecuencias a largo plazo. Piensa en el juego, el consumo de drogas y alcohol, comer en exceso o en defecto, y comprar por encima de tus posibilidades.
El amor propio se centra en los pensamientos y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos, mientras que autocuidado suele implicar las acciones que realizamos. Sin embargo, el amor propio no es -ni debe ser- un requisito previo para autocuidado. Debemos cuidar de nosotros mismos, tanto si nos queremos como si no. Amarnos a nosotros mismos no es un proceso de una sola vez, sino un compromiso de por vida con nosotros mismos y con nuestro bienestar.
Establecer hábitos saludables es imprescindible para quererse a uno mismo, pero los hábitos saludables deben implicar algo más que una rutina matutina o comer alimentos beneficiosos unas cuantas veces a la semana. Aplicar pequeños cambios a lo largo del día, todos los días, puede sumar con el tiempo. Algunas opciones a tener en cuenta son
Priorizarte a ti mismo es una forma esencial de amor propio, porque demuestra a los demás que tú (y tu tiempo y energía) merecéis y esperáis respeto. Esto significa anteponer tus necesidades a las de los demás.
No es egoísmo, es un acto de amor propio. Aunque a menudo nos enseñan desde pequeños a poner nuestras necesidades en último lugar(esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres), renunciar a nuestras propias necesidades en lugar de ayudar a los demás no ayuda realmente a nadie, y menos a nosotros mismos. No podemos servir de un vaso vacío.
La atención plena no implica sólo meditación, aunque ambas están estrechamente entrelazadas. La profesora de yoga y licenciada en IIN Ellen White explica que "una de las rutas más rápidas y directas hacia Autoconocimiento y para aprender a querernos de verdad es la meditación, que nos enseña la atención plena, el perdón, la compasión y la aceptación". Practicar la atención plena también puede mejorar tu salud. Las investigaciones demuestran que cuando los estudios sobre pérdida de peso incluyen técnicas de mindfulness, los participantes tienen más probabilidades de perder peso y mantenerlo.
El amor propio es la piedra angular de nuestra salud, nuestra relaciones, y nuestra felicidad. Los cinco lenguajes del amor son una forma de aprender cómo te gusta que te amen: ¿Prefieres flores sorpresa o tiempo de calidad sin hacer nada? ¿Un dulce mensaje de "buenos días" o besos en la frente? Piensa en cómo te gusta que te amen y haz esas cosas por ti.
La autocompasión se centra en nuestra relación con nosotros mismos y en el deseo de aliviar nuestro propio dolor y sufrimiento en lugar de dejar de lado nuestras necesidades. Mientras que ser compasivo con los demás suele tener una connotación positiva, la autocompasión, en cambio, a veces puede tener una connotación negativa por parecer narcisista, autocompasiva o egoísta. Practicar la autocompasión puede reducir los sentimientos de ansiedad y depresión y permitirnos conectar más profundamente con nosotros mismos.
Cuando practicamos el amor propio, aprendemos a apreciarnos y valorarnos. Aprender a querernos a nosotros mismos significa que no buscamos la afirmación y el afecto de los demás: no necesitamos que amigos, familiares o desconocidos nos digan que somos lo bastante buenos, atractivos o inteligentes. Simplemente lo sabemos. Esto se traduce en una mayor autoestima, ya que el valor procede de nuestro interior en lugar de depender de la validación externa.
Dicho esto, la idea de que debes amarte a ti mismo antes de que otra persona pueda amarte no es cierta. Puesto que no existe un "destino final" en el amor a uno mismo -es realmente un compromiso para toda la vida que fluirá y refluirá a medida que pases por las distintas fases de la vida-, ¡aún puedes encontrar el amor externo!
De hecho, que los demás te expresen su amor puede ayudarte a aprender qué es el amor (para ti) y cómo dar y recibir amor. En última instancia, debes encontrar el equilibrio entre amarte a ti mismo y amar a los demás, de modo que no renuncies a tu sentido del yo a expensas del cuidado de los demás.
Aunque mejorar tu autoestima y aprender a quererte a ti mismo no es lo más fácil, ¡es posible! Desarrollar habilidades como la gratitud y practicar la atención plena pueden ser unos primeros pasos eficaces para aprender a quererte. A menudo, el camino hacia el amor propio empieza por reconocer que eres digno de amor. A muchos nos cuesta llegar a ese punto, pero el resultado merece la pena.