Cómo ayudé a mi suegro a recuperar la salud
"No quiero perder a otro padre".
Éstas fueron las palabras que grité a mi futuro suegro.
Verás, sólo unos meses antes de este alegato, había perdido a mi padre a causa del cáncer. Fueron dos años duros de lidiar con médicos, batallas con el seguro médico y pérdidas graves. Mi padre era mi mejor amigo. Y en poco tiempo, se había ido. No iba a poder acompañarme al altar. No iba a poder bailar conmigo en mi boda. Y no iba a poder levantarme cuando estuviera deprimida. Estaba destrozada.
Entonces, me fijé en la salud de mi futuro suegro. Pesaba casi 150 kilos y apenas podía moverse. La comida se había convertido en su consuelo y su droga en la vida. Tomaba un montón de medicamentos diferentes y ya no tenía ganas de vivir. Se volvió indefenso.
Pero había una cosa que él tenía y que mi padre no tenía: la posibilidad de recuperar la salud.
Así que el Día de Acción de Gracias, tuve una conversación seria con él. Le expresé mi preocupación y mi dolor. Le dije que ya había perdido a un padre y que no quería perder a otro.
En ese momento, me miró como si fuera la primera vez en mucho tiempo que tenía algo por lo que vivir. Inmediatamente respondió: "Haré lo que haga falta para estar a tu lado. Quiero bailar contigo en tu boda".
Así que los meses siguientes los dediqué a conseguir que mi futuro suegro estuviera sano para que pudiera darme el baile de padre e hija que mi padre no pudo darme.
De noviembre a mayo, mi suegro perdió casi 90 kilos, dejó de tomar la mitad de los medicamentos y empezó a vivir de nuevo. Su dolor articular disminuyó, puede andar más deprisa y ahora disfruta con la fruta y la verdura. Y para colmo, pudo darme el baile de padre e hija que tanto ansiaba.
Convertirme en coach de salud se confirmó completamente en ese momento. Comprendí que no podía volver atrás y cambiar lo que le ocurrió a mi padre. Comprendí que no podía cambiar las decisiones que la gente tomó en su pasado. Pero reconocí que podía utilizar mis conocimientos y mi pasión para ayudar a dar esperanza, inspiración y orientación a los que me rodean, aquí y ahora.
Lindsey Smith, IIN Clase de 2010, también es conocida como la La chica de la comida y es conferenciante y autora inspiradora. Le apasiona ayudar a la gente a entender que las ensaladas y los batidos no arreglarán todos los problemas de su vida, pero que una vez que se deshagan del equipaje se sentirán capacitados para hacer bien a su cuerpo y comer lo que les haga sentirse mejor. Puedes conectar con Lindsey en Facebook, Twitter, Instagramo Pinterest.