Vitamina L: No hay nada como el consuelo de la familia
La semana pasada iniciamos nuestra nueva serie Vitamina L, que celebra los distintos relaciones de nuestras vidas a lo largo del mes de febrero, con un post sobre la amistad.
A continuación, hablamos de la familia. Así es, esas personas locas que te vuelven loco y con las que en un momento dado (alrededor de los 15 años) no querías que te vieran, pero a fin de cuentas, las quieres de todos modos.
A diferencia de otros relaciones, no podemos elegir a los miembros de nuestra familia. Con quién nos casamos, sí; pero esa madre tuya que te hizo hacerte esas fotos tan incómodas el primer día de clase, ya sabes, ¿la que te recuerda constantemente que algún día le gustaría tener nietos? Bueno, en cierto modo estás atrapado con ella.
A veces es fácil ser duro o brutalmente sincero con estas personas, pues sabemos que nuestra familia nos querrá incondicionalmente. Pero esa es también la razón por la que les apreciamos tanto. En nuestros días buenos son nuestros mayores admiradores, y en nuestros días malos no hay nada como el consuelo que puede proporcionar un miembro de la familia.
Pasar tiempo con la familia es una de las mejores fuentes de Alimentación Primaria. Esta relación afecta a nuestra salud de diversas maneras, y los estudios han demostrado que los padres y hermanos pueden influir en gran medida en nuestro estilo de vida y perspectivas. Un artículo reciente de The Women's Sport Foundation expone un estudio que demuestra que la participación de la familia puede ayudar a los niños a perder peso, reduciendo así la creciente tasa de obesidad infantil. Varios investigadores han demostrado que comer regularmente en familia y hablar en la mesa aporta más beneficios para la salud, e incluso disminuye el asma en los niños.
Por el contrario, si no alimentamos a nuestra familia relaciones podemos llegar a una situación estresante. Las relaciones tensas suelen causar tensión extrema e infelicidad, por lo que es importante reservar tiempo para actividades o para ponerse al día. Planifica salidas divertidas de las que todos puedan disfrutar (probablemente papá no tenga ganas de ir de compras este fin de semana), o celebra noches semanales de cartas o paseos nocturnos. Envía a tus hermanos un mensaje rápido o llama a tus padres en un descanso durante un día ajetreado sólo para saludarles. Mis padres viven actualmente en otro país, así que no los veo muy a menudo. Tenemos como prioridad hablar por Skype una vez a la semana, y compartimos actualizaciones a través de correo electrónico con regularidad. Sé que les interesa mi vida diaria y cómo pueden apoyarme, incluso a miles de kilómetros de distancia.
En una inspiradora historia de NBC TODAY, una mujer perdió 135 libras para que la consideraran donante de riñón y salvar así la vida de su hermano. Aquí no sólo vemos la increíble fuerza de voluntad de Kari Roberts, que se deshizo del peso cambiando su dieta y sus hábitos de ejercicio, sino que vemos hasta dónde estaba dispuesta a llegar por una de las personas que más quiere. Si me pusieran en una situación similar, sé que haría lo mismo por mi propio hermano sin dudarlo.
¿Qué puedes hacer para mostrar a tu familia un poco de vitamina L este mes?