Cultivar la confianza
Samvida Patel, editora de contenidos del IIN, promoción de febrero de 2015
Parece que siempre hay una persona en nuestras vidas cuya confianza nos da cierta envidia. Ojalá pudiéramos embotellar su confianza en nosotros mismos y beber un trago cada vez que necesitáramos una dosis. Qué diferencia supondría, ¿verdad?
Lo haría, pero la verdad es que tú mismo eres igual de capaz de cultivar ese nivel de confianza.
Piensa en la confianza como en un termostato: Ciertas circunstancias van a desplazar su marca ideal, desencadenando una acción que funcione para restablecer tu confianza a su nivel óptimo.
Lo que esa acción implique variará, por supuesto, en función de lo que sea más eficaz para ti. Para ayudarte a determinarlo, aquí tienes cuatro de nuestros consejos favoritos para aumentar la confianza:
1) Empieza por los puntos fuertes.
Cuando nuestra confianza flaquea, por intrascendente que sea la situación, puede resultar difícil llamar la atención sobre nuestras capacidades únicas. Y si somos conscientes de ellas, lo más probable es que nos apresuremos a descartarlas.
Para entrenar a tu cerebro para que vuelva a centrar la atención en tus puntos fuertes, anota casos similares en los que utilizaste tu fuerte para superar un obstáculo. Por ejemplo, si estás nervioso por la contratación de un nuevo cliente, piensa en una ocasión en la que hiciste una propuesta exitosa a alguien y recuerda qué hiciste para que fuera un éxito.
A continuación, convierte esas conclusiones en una afirmación. Si presentaste una idea original que te ayudó a cerrar un trato, tu afirmación podría ser algo así: "Soy valiente y no tengo miedo de explorar nuevas formas de afrontar los retos".
Escribe tu afirmación en algún lugar donde puedas verla como recordatorio positivo de tu potencial.
2) Aprovecha tu niño interior.
¿Has intentado alguna vez enseñar a un niño pequeño cómo manejar correctamente un objeto, sólo para oír: "Oh, eso ya lo sé hacer yo"?
Ésa es la actitud por la que debemos esforzarnos, ya que la confianza en la creatividad tiende a deteriorarse en la edad adulta.
Aunque no es necesario señalar un momento concreto de tus primeros años en el que demostraras una convicción similar, simplemente emular un espíritu infantil puede revigorizarte con confianza: Ya sea poniendo tu canción favorita de la infancia y cantando con ella, recreando tu cita de juegos o tu fiesta de pijamas favorita, o visitando un lugar cercano a tu corazón, haz algo que te haga sentir despreocupado.
3) Llama a un amigo.
Independientemente de lo estupendo que sería en teoría enfrentarnos a nuestros miedos, a veces están demasiado lejos de nuestra zona de confort como para actuar solos. Ahí es donde tu teléfono-amigo salvavidas puede resultar útil.
Tal vez te hayas planteado el reto de ampliar tu círculo social y fomentar nuevas conexiones, a pesar de que no siempre te interese relacionarte. Si es así, haz planes para asistir a una reunión o a un acto local con un amigo que se desenvuelva bien en entornos sociales. (¿Y esa persona cuya confianza admiras?) Quizá te sorprenda lo mucho menos intimidantes que se vuelven las conversaciones cuando tienes compañía.
Sólo necesitamos un poco de motivación para empezar a desarrollar gradualmente la confianza en áreas que pueden no ser naturales para nosotros.
4) Deja espacio para la espontaneidad.
Alimentar la confianza es una hazaña a largo plazo. Para construirla poco a poco, tenemos que mirar más allá de las fortalezas, la familiaridad y la comodidad. Adentrarse en lo desconocido siempre es un poco angustioso, pero también te pone en una ruta directa hacia el crecimiento.
Esto no significa necesariamente que un día te levantes y decidas dedicarte a una nueva afición o actividad con la esperanza de descubrir talentos ocultos (¡aunque es un método muy útil!). Puede ser tan sencillo como tomar un desvío panorámico de camino a casa desde el trabajo o explorar un barrio diferente de tu ciudad. No todos los casos de ruptura con la rutina darán lugar a un descubrimiento digno de mención, pero no tener un plan establecido puede ser liberador y edificante, lo cual es un paso hacia la construcción de la confianza en uno mismo a la hora de decidir adónde ir y qué hacer.
A medida que pruebes estos consejos, puede que te des cuenta de que algunos funcionan mejor que otros. La clave está en armarse con unos cuantos potenciadores y experimentar con lo que mejor funcione para ti. Cuéntanos en los comentarios lo que aumenta tu confianza.