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Nutrición Integrativa

Hacer ejercicio estando enfermo: ¿hacerlo o no hacerlo?

Todos hemos experimentado ese momento en el que por fin nos hemos metido en una rutina de ejercicios: nos sentimos bien, el impulso va en aumento y vamos por buen camino hacia nuestros objetivos de forma física. Pero lo siguiente que vemos es un resfriado o, peor aún, la temida gripe. ¿Sudar un resfriado es lo mejor para nosotros o deberíamos darle un respiro a nuestro cuerpo? 

Cuando te sientas mal, lo más importante es sintonizar con tu cuerpo y "escuchar" lo que necesita.

El cuerpo es inteligente y sabe exactamente lo que necesita para gozar de una salud óptima en cada momento. Una forma de mejorar tu capacidad de escucha es plantearte una acción que quieras llevar a cabo (por ejemplo, tomar una clase de yoga) y notar cómo se siente tu cuerpo.

Por ejemplo, si estás resfriado y quieres saber si salir a correr al aire libre te beneficiará, podrías decir: "bien, ¿correr mientras estoy enfermo es una buena idea en este momento? Cuerpo, ¿qué te parece?". Párate un momento, respira hondo y observa si la idea resuena en ti. ¿Te parece energizante, emocionante y nutritiva? ¿O agotadora, terrible y como un "yo debería" en vez de un "yo deseo"?

Por supuesto, el cuerpo de cada persona se comunicará de una forma única. A menudo, cuando es un sí, nos sentimos relajados y expansivos y nuestra respiración se hace más profunda. Cuando es un no, tendemos a sentirnos constreñidos y resistentes. En otras palabras, si parece más una obligación que un acto de amor propio, es probable que sea un no. 

Recuerda que nuestro cuerpo es brillante y nos orienta en todo momento; sólo tenemos que preguntar y escuchar.

Esta habilidad innata mejora con la concentración, la atención y la práctica. A menudo aprendemos más a través de nuestros "errores": malinterpretando un no por un sí y sintiendo luego las repercusiones de ello. En lugar de castigarnos, podemos afirmar que nos estamos volviendo más perspicaces para la próxima vez.

A medida que perfeccionamos nuestra "capacidad de escucha", es útil disponer de algunas pautas con las que trabajar para saber si hacer ejercicio estando enfermo es bien. El Dr. Schachter, del Centro Médico Monte Sinaí de Nueva York, ofreció esta regla empírica: "Si tus síntomas están por encima del cuello, como dolor de garganta, congestión nasal, estornudos y ojos llorosos, entonces no pasa nada por hacer ejercicio. Si tus síntomas están por debajo del cuello, como tos, dolores corporales, fiebre y fatiga, entonces es hora de colgar las zapatillas de correr hasta que estos síntomas remitan."

Es importante reconocer y honrar nuestros ritmos naturales.

¿Estás evitando hacer ejercicio cuando tu cuerpo ansía movimiento? ¿O te esfuerzas demasiado cuando tu cuerpo necesita tiempo de descanso? El descanso es un ciclo natural de todo ser vivo. Piensa en un árbol que crece a rachas y luego descansa. Absorbe nutrientes y alimento de las profundidades de la tierra y luego se toma un tiempo antes de su siguiente brote de crecimiento. Al igual que ese árbol, es importante darnos el descanso necesario para que podamos crecer y hacernos más fuertes que nunca.

Prueba estos ejercicios en casa la próxima vez que te sientas mal y hayas determinado que tu cuerpo necesita descansar.

  • Reflexiona sobre tus objetivos y prioridades. Tómate un tiempo para escribir un diario y explorar los deseos más verdaderos de tu corazón.
  • Experimenta con la visualización. Los estudios han demostrado que visualizar el ejercicio puede ser tan eficaz para la salud como hacer ejercicio de verdad. Cierra los ojos e imagina que haces una secuencia de yoga, levantas pesas o sales a correr, ¡todo ello desde la comodidad de tu cama!

Recuerda, tú eres la autoridad de TI.

Hacer ejercicio durante un resfriado puede ser lo mejor para tu cuerpo en algunos casos, pero cada persona -y cada resfriado- es diferente. Practica la sintonización con los mensajes de tu cuerpo y recuerda que esta habilidad requiere práctica. Sé amable y tranquilo contigo mismo a medida que te vuelvas más perspicaz y date permiso para rejuvenecer cuando tu cuerpo necesite descansar.

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