Es difícil saber qué creer sobre el aceite de coco. A lo largo de los años, ha oscilado entre saludable y no saludable en función de diversos estudios. En la década de 1990, un informe que comparaba la grasa saturada del aceite de coco con las palomitas de maíz del cine dejó a la gente preguntándose si debían comerlo. Luego, en los últimos años, el aceite de coco resurgió como un superalimento con afirmaciones de que puede mejorar la digestión, hidratar la piel, prevenir el cáncer e incluso ayudar a perder peso. Ahora, el aceite de coco vuelve a ser cuestionado por una advertencia de la Asociación Americana del Corazón, que afirma que puede exponer a las personas al riesgo de padecer enfermedades cardiacas.

La AHA advierte de que el alto contenido en grasas saturadas del aceite de coco puede elevar el colesterol malo (LDL). La advertencia analizó más de 100 estudios publicados que se remontan a la década de 1950 y concluyó que el aceite de coco elevaba el colesterol LDL en siete ensayos controlados. De hecho, la recomendación afirma que el aceite de coco puede elevar el LDL tanto como la mantequilla, la grasa de vacuno o el aceite de palma.

El aceite de coco tiene un 82% de grasa saturada, y una cucharada contiene más de 11 gramos de grasa saturada, según la Base de Datos Nacional de Nutrientes federal. A pesar de su composición nutricional mayoritariamente grasa saturada, el público en general parece tener una opinión mucho más favorable del aceite de coco que los científicos y nutricionistas. Una encuesta de 2016 publicada en The New York Times mostró que el 72% del público estadounidense considera el aceite de coco un "alimento saludable", frente al 37% de los nutricionistas, dice la AHA en su aviso.   

El Dr. Frank Sacks, autor principal de otra reciente recomendación de la AHA y profesor de prevención de enfermedades cardiovasculares en el departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, afirma que los estudios científicos no respaldan las afirmaciones sobre la salud del aceite de coco. No sabe quién está impulsando la agenda del aceite de coco, pero no son los científicos, dice en un blog de noticias de la AHA. Otros expertos, sin embargo, afirman que las grasas saturadas del aceite de coco virgen pueden ser algo bueno; por ejemplo, pueden ayudar a combatir las bacterias y los parásitos que causan la indigestión, como señala este artículode Wellness Today. Además, algunos sostienen que los ácidos grasos del aceite de coco pueden prevenir las enfermedades cardiacas.

La conclusión es que los estudios sobre alimentos están por todas partes hoy en día, y pueden tener conclusiones contradictorias. Si te preocupan los niveles de grasas saturadas del aceite de coco, puedes optar por consumirlo con moderación y añadir más grasas saludables a tu dieta.

La AHA sugiere sustituir las grasas saturadas por grasas poliinsaturadas más saludables para reducir el riesgo cardiovascular y limitar la ingesta de grasas saturadas a menos del 10% de las calorías diarias. Entre los aceites con grasas saludables están el de cacahuete, canola, girasol, nuez y oliva. También puedes añadir nueces y aguacates a tu dieta, ya que son una gran fuente de grasas monoinsaturadas. Se sabe que los aguacates ayudan a prevenir el síndrome metabólico,una combinación de factores de riesgo de enfermedad cardiaca, ictus y diabetes.

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