El trastorno de ansiedad general es uno de los tipos más comunes de salud mental y afecta a 40 millones de adultos sólo en Estados Unidos . La ansiedad puede estar causada por muchas cosas, desde factores estresantes en el trabajo hasta los alimentos que comemos, y se manifiesta de distintas formas en el cuerpo, incluidos síntomas emocionales y fisiológicos. También hay muchas vías que se pueden tomar para controlar estos síntomas, que van desde los antidepresivos recetados hasta un footing diario para liberar endorfinas. Sin embargo, uno de los caminos más sólidos que hay que explorar es una dieta adecuada.
Una dieta basada en alimentos integrales y en una variedad de grupos de alimentos es clave para un estado de ánimo equilibrado. Las verduras, las frutas, las legumbres y las proteínas magras forman parte de una dieta contra la ansiedad, que también debe incluir alimentos antiinflamatorios, como los omega-3 presentes en los pescados grasos y los frutos secos. La inflamación puede exacerbar los síntomas de ansiedad, y es posible sofocarla mediante el consumo de omega-3 y otros alimentos antiinflamatorios.
Una dieta ansiolítica también debe incluir probióticos que fomenten las bacterias intestinales sanas, que a su vez mejoran la comunicación entre el intestino y el cerebro (el "eje intestino-cerebro") para ayudar a liberar neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, como la serotonina.
Comer alimentos funcionales -es decir, que no sólo saben bien, sino que también ayudan a crear un cuerpo más sano- es una forma estupenda de controlar los sentimientos de ansiedad. Tu dieta puede desempeñar un papel muy importante para ayudar a reducir los ataques de pánico y los sentimientos de ansiedad social cada día.
Diez alimentos que pueden ayudarte a controlar la ansiedad:
1. Nueces de Brasil
Estos frutos secos son un sabroso y sabroso tentempié que no sólo te saciará, sino que también te aportará una serie de beneficios salud mental .
Este remedio herbal es conocido por ayudar con el dolor de garganta o el malestar estomacal, pero sus efectos antiinflamatorios también pueden reducir la sensación de ansiedad.
Las semillas de calabaza están repletas de nutrientes clave como potasio, zinc y magnesio.
El espárrago es una verdura de densidad de nutrientes que contiene fibra, folato y vitaminas A, C, E y K.
Producido por la fermentación bacteriana de la leche, el yogur contiene probióticos que alimentan tu intestino.
Fuente clave de ácidos grasos omega-3, comer pescado se asocia a una mejora cognitiva y salud mental.
Esta especia medicinal es una gran adición a cualquier sopa o curry, añadiendo tanto sabor como propiedades curativas a cualquier comida.
Nos encanta oír que el chocolate puede ser bueno para la ansiedad, ¿y a ti? El chocolate negro o el cacao en su forma más pura contienen flavonoides que reducen la neuroinflamación y mejoran el flujo sanguíneo.
Probablemente sepas que las verduras de hoja verde son un componente importante de una dieta equilibrada, pero también contienen nutrientes que favorecen tu bienestar mental.
Perfectas para añadir al chili o a los tacos, las alubias rojas contienen vitaminas y minerales que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad.
Evitar los alimentos inflamatorios
Cuando intentes mejorar cualquier aspecto de tu dieta, lo mejor es evitar el azúcar refinado y los alimentos procesados. El azúcar proporciona satisfacción inmediata -un subidón de azúcar, por así decirlo- y en exceso puede disminuir tu BDNF, la proteína que ayuda a minimizar los sentimientos de depresión y ansiedad. El azúcar también eleva tus niveles de azúcar en sangre, lo que repercute directamente en tu estado de ánimo y bienestar emocional.
Intenta también limitar el exceso de alcohol o cafeína, ya que estas sustancias pueden causar estragos en los procesos químicos de tu organismo, lo que provoca una inflamación que puede amplificar los síntomas de ansiedad. Entre los alimentos inflamatorios suelen figurar el gluten, el maíz, la soja, el azúcar y los lácteos; sin embargo, hay formas de consumir estos alimentos con moderación o sustituirlos por alternativas, según lo que funcione mejor para tu cuerpo.
Al final del día, recuerda escuchar a tu cuerpo y tomar decisiones informadas sobre lo que te hará sentir y rendir mejor a lo largo del día. Estas autodeterminaciones conforman tus necesidades bioindividuales, o los alimentos y rutinas que mejor funcionan para tu viaje de salud único.
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