Estafas de la "Dieta Milagrosa": Un síntoma de desesperación

Todos hemos oído las extravagantes afirmaciones de la última estafa de la "dieta milagrosa":

Pierde 5 kilos en 10 días: ¡resultados garantizados!

Potencia tu metabolismo, ¡sin dietas!

¡He perdido 15 kilos con estas pastillas quemagrasas!

Las estafas van desde lo más verosímil a lo más ridículo. Está la estafa del cinturón de ejercicios abdominales que afirma que puedes perder toda la grasa del estómago sin necesidad de levantarte del sofá. Está el infame engaño de la hoodia; aunque esta planta africana puede ser un supresor del apetito en su forma natural, la mayoría de las píldoras son falsas. Y no olvidemos la clásica estafa de las envolturas corporales: cúbrete en vendas y suda unos kilos, luego recupera el peso al instante en cuanto bebas un vaso de agua. La conclusión sigue siendo: si suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.

¿Por qué existe un mercado de estafas dietéticas?

No es de extrañar que el fraude de la pérdida de peso se haya hecho tan popular en Estados Unidos . Con una obesidad clínica que afecta al 36% de la población adulta (y otro 33% con sobrepeso clínico), la gente está desesperada por adelgazar. Aunque la clave para conseguir y mantener un peso saludable no es ningún secreto, una gran variedad de factores sociales y económicos dificultan enormemente que la gente coma alimentos integrales frescos y se mantenga activa.

Cuando parece imposible cambiar sus hábitos alimentarios y de ejercicio, la gente busca soluciones rápidas y fáciles para perder peso. Según la simple ley de la oferta y la demanda, el mercado está más maduro que nunca para cada una de las últimas y mejores estafas dietéticas.

El fraude en la pérdida de peso no es nada nuevo

Las estafas para perder peso no son nada nuevo. De hecho, la búsqueda de la píldora mágica para adelgazar empezó hace casi 100 años y ha estado dirigida en gran medida por la industria farmacéutica dominante. En los años 30, los médicos recetaban dinitrofenol, un producto químico industrial que aceleraba el metabolismo pero también causaba fiebres mortales, cataratas de formación rápida y toxicidad mortal. En los años 50 y 60, las anfetaminas altamente adictivas -conocidas también como "speed"- se recetaban ampliamente para acelerar el metabolismo y suprimir el apetito.

Actualmente, el único fármaco aprobado oficialmente para la pérdida de peso a largo plazo es el orlistat, que se vende sin receta como Alli. Alli no es un timo -al bloquear la absorción de grasas, favorece una pérdida de peso moderada-, pero la mayoría de la gente considera insoportables sus embarazosos efectos secundarios. De hecho, la indigestión puede ser tan grave que el fabricante del fármaco recomienda que quienes lo tomen por primera vez lleven pantalones oscuros y una muda a mano.

 Pastillas para adelgazar: Un síntoma de desesperación

En la interminable búsqueda de la píldora mágica para adelgazar, la última novedad es el fármaco Qnexa. Un panel gubernamental recomendó recientemente que la FDA aprobara el fármaco a pesar de las graves preocupaciones sobre los riesgos cardiovasculares y los defectos congénitos.

"No es ni mucho menos un gran medicamento", dijo el Dr. David Katz, profesor visitante de Nutrición Integrativa y director del Centro de Investigación en Prevención de Yale. El panel de la FDA sólo recomendó su aprobación porque "tiempos desesperados exigen medidas desesperadas. La aprobación de Qnexa reflejaría esa... desesperación".

No hay una dieta única para todos

Aunque la industria de la estafa dietética probablemente siempre tendrá un mercado, la verdadera solución a la epidemia de obesidad reside en la educación, la concienciación y el apoyo. No existe una dieta única ni una píldora mágica que pueda hacer desaparecer los kilos al instante. En lugar de recompensar las estafas, como sociedad deberíamos centrar nuestros esfuerzos en promulgar cambios que hagan realista y factible la consecución de estilos de vida saludables.