El momento "A-Ha" que me llevó a coaching de salud

Hay momentos en los que la vida llama tan fuerte a tu puerta, que es imposible ignorar el mensaje. Eso me ocurrió hace cinco años, en el momento en que me di cuenta de que necesitaba convertirme en Health Coach. 

Varios años antes, sufría múltiples problemas de salud que se solapaban y alimentaban unos a otros. Las alergias estacionales precipitaron una sinusitis crónica, que fomentó migrañas aleatorias y dolorosas. La infertilidad y los abortos provocaron un desequilibrio hormonal, que causó tristeza y depresión. Una inmunidad comprometida por demasiados fármacos provocó fibromialgia y síntomas de artritis reumatoide. Y todo parecía apuntar al aumento de peso; el exceso de peso provocó todo lo anterior. 

Mi vida se había convertido en un círculo vicioso de médicos y medicamentos, pero no siempre había sido así. Hasta entonces había pasado una vida adulta relativamente sana, interesándome por la salud y visitando balnearios en todas las vacaciones que podía tomarme lejos de mi trabajo de alto nivel. Pero tras un importante cambio de vida -mudanza, matrimonio y abandono de mi gran carrera profesional - algo se apoderó de mí. Quizá fuera una falta de propósito en aquel momento, cuando intenté tomarme varios meses de descanso del camino de carrera profesional para jugar y disfrutar de la vida. O quizá se debió a que creía que comía los alimentos adecuados, cuando en realidad me enfrentaba a una digestión sensible y a intolerancias alimentarias. 

Cualquiera que fuera la razón, acabé en un montón insalubre, dependiendo de la profesión médica estándar en busca de ayuda. 

Un día, tras enfermar de nuevo con mi séptima sinusitis de aquel año, un amigo me interpeló en tono preocupado y sugirió que tenía un sistema inmunitario comprometido.

Esa afirmación me sacudió hasta la médula. 

Al día siguiente, me puse en contacto con algunos médicos holísticos cuyos nombres había estado recopilando. Decidí tomar las riendas de mi salud y necesitaba 

una forma alternativa de hacerlo. 

Pasaron muchos meses mientras cocinaba, exploraba y movía mi cuerpo cansado. Poco a poco fui perdiendo peso, y mi verdadero yo empezó a emerger. En la primavera de ese año, me sentía más feliz que en años. Había descubierto mis intolerancias alimentarias y alterado mi dieta sin mirar por el retrovisor. Había encontrado mi estilo nutricional. 

Por aquel entonces, mi hijo desarrolló una tos crónica y empezó a enfermar con frecuencia; de hecho, de repente parecía que estaba enfermo todo el tiempo. Tras casi un año de varios especialistas y médicos, y un diagnóstico de asma, era una madre frustrada. ¿Qué le había pasado a mi hijo sano y robusto? De hecho, saqué mi calendario para retroceder al momento en que todo esto empezó.

Y allí estaba. Garabateado en mi agenda: "Recoge leche cruda en la granja". Ese mes habíamos empezado a suscribirnos a la leche cruda, y mientras mi marido prosperaba, yo la evitaba debido a mi problema con los lácteos, y mi hijo enfermaba cada vez más.

Ese día dejamos de darle lácteos, para Examen comprobar mi teoría. Sus progresos fueron notables y al cabo de unos meses su médico me llamó. "No dejes que nadie le dé más medicamentos a este niño. Sigue dándole tus remedios caseros", refiriéndose a mis batidos hechos con superalimentos que refuerzan el sistema inmunitario. "Sus progresos son notables".

Ese fue el momento. Mi momento "a-ha" que me llenó de la necesidad de compartir lo que había aprendido por mi cuenta. De formarme en este nuevo campo de la nutrición y ayudar a otros a encontrar su camino.

Holli Thompson, promoción 2009 del IIN, es la creadora de Estilo Nutricional, un movimiento global de estilo de vida de salud y nutrición. Es autora de un libro que saldrá a la venta en 2014, conferenciante e invitada de televisión en varias cadenas importantes. Conecta con Holli en su sitio web y en Facebook, Twittery Pinterest.