Aunque a menudo decimos que la alimentación sana empieza con lo que hay en el plato, el verdadero reto tiene lugar antes incluso de llegar a sentarnos a comer. Empieza con lo que tienes en la despensa y el frigorífico.
Si compras alimentos procesados, será mucho más difícil evitarlos una vez los hayas pagado y traído a casa. Sin embargo, si abasteces tu cocina con ingredientes sanos, es más probable que comas alimentos sanos la mayor parte del tiempo.
Por supuesto, esto no significa que no puedas darte un capricho de vez en cuando; de hecho, la moderación es uno de los conceptos básicos de la Nutrición Integrativa, pero empezar con una base sólida de alimentos reales marca una gran diferencia.
Éstos son algunos de nuestros productos básicos saludables favoritos para la despensa y el frigorífico.
Despensa general
Granos
Legumbres
Especias y condimentos
Aceites
Vinagres
Frigorífico general
Productos a temperatura ambiente
Productos refrigerados
Hierbas frescas
Añadidos ocasionales
Ten en cuenta que no estamos sugiriendo que salgas y compres TODAS estas cosas a la vez, ¡ni que compres sólo estas cosas! Refinar tu cocina es un proceso que puede requerir un poco de tiempo de transición y experimentación.
Empieza por revisar lo que tienes actualmente y eliminar cualquier cosa caducada, claramente insana o simplemente insatisfactoria. Luego empieza a incorporar lentamente algunos de los elementos anteriores. Con el tiempo, te verás rodeado de ingredientes sencillos y saludables, fáciles de comprar y de convertir en comidas sanas y deliciosas. En caso de duda, recuerda las sabias palabras de Michael Pollan: "Come comida. No demasiada. Sobre todo plantas".
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