Nuestros cuerpos están estrechamente ligados al entorno que nos rodea, y a medida que cambian las estaciones desarrollamos diferentes necesidades nutricionales. En primavera y verano nos beneficiamos de la abundancia de vitaminas y minerales que aportan los alimentos frescos y locales. Sudamos más y necesitamos hidratarnos, y tenemos cuidado de evitar las quemaduras solares.
Sin embargo, en invierno hay menos opciones de alimentos frescos, nos apetecen más alimentos que nos calienten y proteínas para obtener energía, y necesitamos compensar la menor exposición a la luz solar.
La vitamina D se considera la "vitamina del sol" porque nuestro cuerpo la produce tras la exposición de la piel a la luz UVB. Interviene en la regulación hormonal, la inmunidad y la absorción del calcio.
En invierno, cuando nuestra piel está cubierta y más a menudo en interiores, la vitamina D es especialmente importante, ya que muchos de nosotros podemos sufrir carencias.
Según investigaciónaproximadamente el 42% de las personas tienen niveles inadecuados de vitamina D, y esta carencia puede contribuir a la pérdida ósea, cáncer, enfermedades cardiovasculares, infecciones o enfermedades frecuentes, depresión, dolor muscular, caída del cabello, deterioro de la cicatrización de heridas y otros síntomas.
Los niveles sanguíneos de al menos 30 ng/mL se consideran óptimos.
Aunque sea difícil reservar escapadas tropicales semanales por el bien de tu salud, puedes aumentar tus niveles biodisponibles de vitamina D mediante ciertos alimentos:
Por supuesto, somos conscientes de que no se trata de alimentos veganos, y la mayoría tampoco son prácticos para consumirlos a diario. Así que, aunque hay otros alimentos que contienen vitamina D, como las setas y el tofu, las cantidades que contienen no serían suficientes para evitar una carencia. Aquí es donde un suplemento puede ayudar a suplir las carencias, con recomendaciones que oscilan entre 400 y 1000 UI al día.
¿La mejor manera de mantener unos niveles saludables de vitamina D en invierno?
Pasa tiempo al aire libre, ¡especialmente en los días soleados!
Vuelve la cara al sol, expone las manos si no hace demasiado frío, y sal a pasear con regularidad. Hay muchos otros beneficios del ejercicio suave al aire libre en invierno.
Y sabemos lo que estáis pensando, ¿puedes tomar el sol en interiores cerca de una ventana para ayudar a tu cuerpo a producir vitamina D? No, lo sentimos. La mayoría de las ventanas bloquean la luz ultravioleta que necesitas, así que esto no te ayudará, ¡pero sienta bien!
¿Cómo vas a cuidarte este invierno? ¡Compártelo con nosotros a continuación!