La intolerancia a la lactosa y el veganismo no son motivos para privarte de sabrosos postres y cafés con leche, siempre que tengas a mano el sustituto perfecto de la leche. Pero, ¿cómo elegir la mejor alternativa no láctea? ¿Cómo se comparan en cuanto a nutrientes y sabor?
En primer lugar, ten en cuenta que algunas de estas alternativas a la leche pueden estar procesadas con ingredientes como la carragenina, un agente espesante que se ha relacionado con problemas estomacales. Las leches no lácteas también pueden tener azúcar añadido, así que busca versiones sin azúcar. Y aunque muchas leches no lácteas presumen de una tonelada de calcio, éste no se encuentra de forma natural y se añade en el procesado. Lo mismo ocurre con algunas vitaminas. Aquí tienes la primicia sobre las leches no lácteas más populares:
Leche de almendras
La leche de almendras contiene vitamina E de forma natural, pero es baja en proteínas en comparación con la leche de vaca (1 gramo de proteínas en la leche de almendras frente a 8 gramos en la leche al 1%.) Si te gusta la leche de almendras, Eat This Not That sugiere elegir una sin emulgentes, o una que utilice lecitina de girasol y gomas en su lugar. Para evitar el procesado, puedes hacerla tú mismo mezclando almendras con agua y colándola después. O puedes añadir agua a la mantequilla de almendras, dice Medical News Today.
Leche de soja
La leche de soja es un alimento básico no lácteo habitual, pero en los últimos años se ha cuestionado su salud por sus posibles efectos sobre las hormonas. Pero la leche de soja tiene algunas ventajas nutricionales a la altura de la leche de vaca, como un alto contenido en proteínas (una taza de leche de soja tiene de siete a 10 gramos). La leche de soja enriquecida tiene mucha vitamina B12.
Leche de coco
Si nunca has probado la leche de coco como bebida, ten en cuenta que es diferente de la que encuentras en el pasillo de los productos enlatados. (La versión enlatada tiene toneladas de grasas saturadas, como el aceite de coco.) Sin embargo, la leche de coco que encontrarás en la sección refrigerada está diluida con agua, lo que reduce el contenido de grasas saturadas, explica Cocina Ligera. Aunque la leche de coco se hace con mucha agua, sigue teniendo un sabor agradable que la hace especialmente buena en el café. La leche de coco también tiene muchas vitaminas del grupo B.
Leche de anacardos
La cremosidad de la leche de anacardos la convierte en una gran elección para el café, las salsas espesas para pasta y los postres. Algunas variedades de leche de anacardos contienen casi el 50% de tu valor diario de calcio por taza. Pero, como la leche de almendras y muchos otros sustitutos no lácteos, la leche de anacardos es baja en proteínas y la versión comprada en la tienda puede contener azúcar añadido.
Leche de arroz
La leche de arroz es una buena opción para las personas alérgicas a los frutos secos o a la soja. Según Healthline, la leche de arroz es rica en hidratos de carbono y baja en proteínas. Pero sigue preocupando la presencia de arsénico inorgánico en los productos derivados del arroz. Debido a este riesgo potencial, los lactantes, los niños y las mujeres embarazadas deben consumirla sólo con moderación. Al igual que las demás alternativas lácteas, la leche de arroz enriquecida puede contener una cantidad sustancial de calcio.
Leche de avellana
Puede que la leche de avellana no sea tu primera opción de leche no láctea, pero su sabor podría seducirte. ¿Qué te parece la leche de avellana con un toque especial, como esta variedad de avellana con vainilla y caramelo de Oh She Glows? El inconveniente: la leche de avellana es baja en proteínas.
¿Cuál es tu leche no láctea favorita? Comparte tu opinión a continuación.