A medida que se acercan las fiestas, muchos de nosotros pensamos en los regalos perfectos para nuestros seres queridos. Buscamos cosas que puedan envolverse perfectamente en una caja, y esperamos con impaciencia con qué tesoros podríamos sorprendernos nosotros mismos. Pero después de barrer todos los envoltorios y volver a nuestras rutinas habituales, ¿con qué frecuencia estos regalos tienen realmente un impacto en nuestras vidas?
Si te paras a pensar en lo que realmente importa, no es el último artilugio tecnológico, ni los calcetines más cómodos, ni siquiera los electrodomésticos de cocina, sino cómo nos movemos por el mundo. Cuando podemos hacerlo de forma saludable, feliz y con propósito, hay mucha menos necesidad de cosas porque estamos satisfechos a un nivel mucho más profundo.
Pero, ¿cómo puedes conseguir un regalo así? Regálatelo a ti mismo, ¡por supuesto!
El regalo del bienestar es uno que seguirás dando y que afectará positivamente a todos los que te rodean, pero empieza por autocuidado.
Cómo lo hagas será a través de medios tan únicos como tú, porque no hay una única forma de estar bien que se aplique a todo el mundo. De eso bioindividualidad se trata.
En el fondo, probablemente sepas qué forma de bienestar es más necesaria en tu vida.
Tal vez sea haciendo dieta porque has estado ocupado y últimamente no te has esforzado tanto cocinando. O tal vez sea durmiendo más porque has notado que esas 6,5 horas por noche no son suficientes. Podría ser reconociendo que tienes demasiadas cosas en la cabeza y que estás quemado, o empezar a meditar para reducir tu estrés y tus reacciones emocionales.
Ten en cuenta que la falta de bienestar puede aplicarse a cualquier área de la vida que te parezca desequilibrada o agotadora. Merece la pena revisar tu relaciones, carrera profesional, tu entorno o tus actividades para evaluar qué te hace sentir mal de alguna manera.
Luego viene la parte más difícil. Hacer algo al respecto.
Cuando vemos los cambios como una tarea, algo que tenemos que hacer por tal o cual razón, solemos obtener resultados mediocres. La motivación tiene que venir de dentro. Tiene que empezar por mirarnos a nosotros mismos y darnos cuenta de que queremos hacerlo mejor. Si puedes superar ese punto de dolorosa honestidad, el cambio real se desarrollará de forma natural.
Una vez que tengas el impulso de desear el bienestar, crea un plan de bienestar realista para ti, o encuentra un Entrenador de Salud que te ayude. ¿Qué harás más o menos? ¿Qué nuevos hábitos intentarás formar? ¿A quién pedirás apoyo?
Regalarte bienestar es tan fácil como 1-2-3:
1. Decide hacerlo.
2. Enfréntate a tu mayor obstáculo y piensa creativamente en cómo superarlo con él. Utiliza Google si es necesario, ¡está lleno de sabiduría moderna!
3. Conecta con otras personas que te apoyen o que estén haciendo algo parecido.
El bienestar no es sólo un objetivo en sí mismo, es algo que te permite vivir una vida de alegría y libertad, y sentirte lo mejor posible mientras lo haces. ¡Y ése es un regalo que nunca cabe en una caja!
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