Una nota de Joshua Rosenthal:
Hoy estoy muy contenta de presentarte a Jil Larsen, graduada del IIN, que pasó de paralegal y fiestera a vibrante propietaria de un bar de zumos. ¡Prepárate para inspirarte!
¿Cómo era tu vida antes del IIN?
Miro atrás y pienso: "Es imposible que sea la misma persona". Yo solía seguir el dicho "trabaja duro, juega duro", trabajando 16 horas al día en un bufete de abogados y saliendo de fiesta toda la noche.
En algún momento, mi cuerpo tenía que apagarse. Lo hizo en forma de fatiga, estrés y, finalmente, melasma, un trastorno hormonal de la piel. Da miedo cómo a veces la enfermedad es lo que hace falta para despertar. Dos meses después dejé mi trabajo, me compré un perro y sentí un verdadero anhelo de sanar mi cuerpo y mi mente.
¿Qué te llevó a la Integrative Nutrition?
Tras pasar seis meses limpiándome con zumos y una dieta crudivegana, empecé a notar cambios en mi salud; sin embargo, también sabía que la enfermedad era algo más que nutrición.
Me encanta que la IIN utilice la conexión mente-cuerpo-espíritu con Alimentación Primaria y los alimentos secundarios. También me encanta que la IIN ofrezca la oportunidad de experimentar una amplia selección de teorías dietéticas y expertos en salud, y que no haya juicios ni etiquetas de ningún tipo.
¿Qué ocurrió a partir de ahí?
Abrí mi bar de zumos, Magic Mix Juicery, en Nueva York, poco después de graduarme en el IIN en 2012. Quería crear un lugar que fuera limpio, transparente y que celebrara la buena energía. En realidad, sólo quería dar a todo el mundo la oportunidad de añadir lo bueno, experimentar con las comidas de a base de plantas y abrazar bioindividualidad.
¿Cómo describirías tu experiencia con la Integrative Nutrition?
Un sentido de comunidad, pertenencia y unión con el objetivo final de ¡querer sentirse bien! Hoy en día, eso es gran parte de lo que comparto en mi tribu Magic Mix.