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Tres maneras de cultivar una mentalidad positiva

Escrito por Lisa Drennan | Jun 8, 2024 2:54:31 PM

¿Te cuesta mantenerte positivo en estos tiempos difíciles? Si es así, no estás solo. La adversidad no discrimina, así que, por desgracia, como humanos tenemos que afrontar tiempos difíciles. ¿La buena noticia? Una mentalidad positiva no es un rasgo fijo que algunas personas tengan la capacidad de conjurar y otras no. En realidad, es un músculo que cualquiera puede fortalecer, y compartiremos cómo puedes hacerlo con tres sencillos consejos. 

Los beneficios de una mentalidad positiva

Una mentalidad positiva se define como una actitud mental y emocional que se centra en el lado positivo de la vida y espera resultados positivos. Aunque no es realista (ni siquiera útil) estar siempre alegre, los estudios han demostrado que dedicar tiempo a cultivar una mentalidad positiva tiene innumerables beneficios para la salud. El pensamiento positivo no sólo puede mejorar autoestima y los sentimientos de valía y éxito, sino que reduce los problemas de salud mental , como la depresión, la ansiedad, el estrés y la hipertensión. 

Puede ser fortalecedor reconocer que, aunque no tienes control sobre las circunstancias de la vida, controlas cómo reaccionas ante esas circunstancias enfocando tu mente. Cultivar una mentalidad positiva puede ayudarte a responder a los cambios inesperados como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

¿Cómo puedes desarrollar una mentalidad positiva?

Al igual que desarrollar cualquier músculo, cultivar el pensamiento positivo requiere intención, tiempo y compromiso. Cuando se aborda desde una mentalidad de crecimiento personal, ¡puede ser un proceso divertido y satisfactorio! 

Como humanos, estamos predispuestos a centrarnos en lo que está mal en nosotros y en nuestras circunstancias. Desde una perspectiva evolutiva, ¡esto ayudó enormemente a los humanos! Imagínate a ti mismo como una persona de las cavernas que ve un tigre dientes de sable. En lugar de mantener una actitud positiva y centrarte en la hermosa puesta de sol, reaccionarías inmediatamente ante la amenaza del tigre. Aunque esta respuesta de "lucha o huida" nos salvó la vida en el pasado, en los tiempos modernos no es probable que nos encontremos con demasiados tigres dientes de sable. Por desgracia, nuestro cuerpo puede reaccionar de forma exagerada a pequeños factores estresantes a lo largo del día (una discusión con el cónyuge, un atasco de tráfico, plazos ajustados en el trabajo) de la misma forma que lo haríamos si nos encontráramos con tigres. Esta respuesta fisiológica automática puede tener graves efectos negativos sobre la salud, como hipertensión, ansiedad, depresión e incluso adicción.

Aunque nuestro cerebro sigue estando programado para la respuesta fisiológica automática , tenemos el poder de centrar nuestra atención. La ciencia demuestra que podemos entrenar a nuestro cerebro para que cambie la atención de "¿qué pasa?" a "¿cuál es la oportunidad?". En psicología, esto se conoce como búsqueda de beneficios. Esto no significa evitar o negar cualquier dificultad, sino cambiar la perspectiva para ver también las oportunidades. 

Tenemos que respetar y reconocer las partes de nosotros mismos que tienen miedo al cambio, al tiempo que elegimos recibir cada adversidad como un catalizador para la transformación personal.

¿Cómo puedes ponerlo en práctica?

Por mucho que hayamos practicado el amor y la compasión hacia nosotros mismos, juzgarse a si mismo y la crítica son partes naturales del ser humano. Al igual que estamos programados para centrarnos en lo que está mal en nuestro entorno, tendemos a encontrar cosas en nosotros mismos que desaprobamos y queremos "arreglar". Esto suele ser el resultado de querer ser aceptados y agradar a los demás y, por tanto, cualquier cosa que se interponga en el camino de nuestra imagen ideal de nosotros mismos puede aparecer como algo negativo diálogo interno. Normalmente no nos damos cuenta de que esto ocurre porque es muy habitual.

Tres estrategias fáciles para centrar tu mente y cultivar una mentalidad positiva:  

  1. No te "deberías" a ti mismo. Empezar cualquier frase con "Debería..." es una de las formas más fáciles de reconocer lo negativo diálogo interno. Por ejemplo: "Debería ir al gimnasio", "Debería ser más cariñoso", "Debería hacer mejor mi trabajo", etc. La próxima vez que te sorprendas a ti mismo diciendo "debería", detente en ese momento y sustituye inmediatamente el pensamiento crítico por otro positivo que te parezca auténtico y verdadero. Por ejemplo, "Debería haber sido más compasivo con mi amigo en la comida de hoy" podría sustituirse por "Estoy orgulloso de mí mismo por haber salido de casa para quedar hoy con mi amigo".
  2. Anota tus éxitos en un diario. Independientemente de los retos a los que te enfrentes cada día, dedicar unos momentos a centrarte en aquello de lo que te sientes orgulloso desarrollará una actitud positiva diálogo interno. Al final de cada día, escribe tres cosas de las que te sientas orgulloso. No tienen por qué ser sobresalientes, sino que pueden ser tan sencillas como "Me he acordado de lavarme los dientes esta mañana" o "Hoy he bebido ocho vasos de agua". Mantén tu diario junto a la cama para recordarte y retarte a reconocer tres éxitos distintos cada noche.
  3. Céntrate en la gratitud. El diálogo interno negativo suele ser un subproducto de compararnos con los demás. Es natural sentirse celoso, irritable o incluso resentido cuando vemos a alguien que parece llevar una vida más satisfactoria que la nuestra. Aunque no esté arraigado en la verdad, esto puede hacernos sentir autocríticos, como si no estuviéramos haciendo lo suficiente o fuéramos menos que ellos o inadecuados. La próxima vez que juegues a comparar, detente en el momento y piensa en una o dos cosas por las que estés agradecido. Puedes hacerlo en tu mente, en tu teléfono, en voz alta o en un diario o agenda.

Aunque no puedes evitar la adversidad, puedes empoderarte a través del enfoque de tu mente. Con la práctica constante en el cultivo de una mentalidad positiva, puedes avanzar mientras aprendes de los retos que has experimentado. 

Recuerda que no es importante, ni siquiera beneficioso, ser excesivamente positivo todo el tiempo. Es importante que seas sincero sobre tu experiencia para que no evites, niegues o eludas los retos. Puedes practicar un optimismo realista encontrándote contigo mismo donde estás, sabiendo que cada experiencia desafiante te está ayudando a dar un paso hacia tu mayor potencial.

Aunque un cambio inesperado puede resultar incómodo o asustar, mediante el poder de enfocar tu mente, tienes el control sobre cómo eliges ver cada experiencia.