Christi Staufer, editora de contenidos del IIN
La Asociación Americana de Enfermedades Relacionadas con las Enfermedades Autoinmunes (AARDA) calcula que 50 millones de estadounidenses padecen una enfermedad autoinmune, entre las que se incluyen la diabetes tipo 1, el lupus, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y la enfermedad celíaca.
¿Qué es una enfermedad autoinmune?
Una enfermedad autoinmune se produce cuando el sistema inmunitario confunde el tejido sano del propio organismo con células extrañas. Un sistema inmunitario que funciona normalmente puede detectar la diferencia entre tus propias células y los cuerpos extraños, pero en una enfermedad autoinmunitaria, la distinción es borrosa. Estas enfermedades pueden ser específicas de un órgano o afectar a todo el cuerpo.
¿Podría estar relacionado con la dieta?
Aunque parece que hay un componente genético en muchas enfermedades autoinmunes, los factores ambientales y de estilo de vida pueden exacerbar los síntomas. Las enfermedades autoinmunes tienen algunos desencadenantes conocidos, como el estrés, la inflamación y la dieta.
Como fuente potencial de inflamación, la dieta es una de las mejores formas de ayudar a reducir los brotes y proteger el organismo. He aquí algunos factores a tener en cuenta:
- Vitamina D - La vitamina D es esencial para un sistema inmunitario sano. La mayoría de nosotros tenemos un déficit de vitamina D porque es difícil obtener la cantidad adecuada a partir de los alimentos y puede que no tengamos acceso a la exposición solar durante todo el año. Por ello, un suplemento puede ayudar a aumentar los niveles de vitamina D.
- Probióticos - La salud intestinal es imprescindible para mantener un sistema inmunitario sano, ya que el 70%-80% de las células inmunitarias se encuentran en el intestino. Los probióticos son microorganismos vivos que ayudan a aumentar las bacterias "buenas" del intestino. Pueden tomarse como suplemento o encontrarse en diversos alimentos, como el yogur, los encurtidos fermentados tradicionalmente y el Kombucha.
- Cúrcuma - Contiene un compuesto antiinflamatorio muy potente llamado curcumina. La cúrcuma es una especia estupenda que puede incorporarse a casi cualquier plato para ayudar a reducir la inflamación en todo el organismo.
- Aceite de pescado - Los ácidos grasos omega-3 son otro potente antiinflamatorio. Para asegurarte de que ingieres la cantidad suficiente, incluye pescado graso, como el salmón, en tu dieta unas cuantas veces a la semana o añade un suplemento de aceite de pescado a tu régimen. Las nueces, las semillas de chía y las semillas de lino son buenas fuentes a base de plantas de ácidos grasos omega-3.
- CBD - Esta medicina alternativa está ganando mucha atención últimamente. Es conocido por sus propiedades antiinflamatorias, y mucha gente lo utiliza para aliviar la ansiedad y el dolor.
- Meditación - Puede ser una forma estupenda de ayudar a tu cuerpo a combatir el estrés. Como ya sabrás, el estrés puede tener efectos muy negativos en tu cuerpo y en tu sistema inmunitario, por lo que dedicar un rato cada día a meditar, disfrutar de algunas respiraciones purificadoras o simplemente despejar la mente puede tener un impacto positivo.
Aunque estas opciones pueden ayudar a reducir la inflamación, también es importante ser consciente de los alimentos que se ha demostrado que provocan inflamación, como los cereales refinados, el azúcar y el alcohol. Añadir alimentos antiinflamatorios a tu dieta y eliminar los alimentos inflamatorios puede ayudarte a reforzar la inmunidad y reducir el riesgo de un brote autoinmunitario.