En nuestra vida cotidiana, estamos expuestos a sustancias químicas a través del aire que respiramos, los alimentos que comemos y los productos que utilizamos. Estas toxinas potenciales pueden desempeñar un papel importante en nuestra calidad de salud. Una forma de reducir las toxinas es ¡sudándolas!
Hay muchas formas de sudar, como correr, levantar pesas, hacer yoga (¡sudando más en una sala climatizada!), bailar y montar en bicicleta. Pero si no tienes energía para sudar, ¿cómo puedes experimentar los beneficios del sudor? En las saunas.
Los tratamientos térmicos, como las saunas, han sido apreciados durante miles de años por su capacidad para favorecer la desintoxicación y la relajación.
Hay dos tipos principales de saunas en comprobar :
Saunas tradicionales
Las saunas tradicionales suelen utilizar vapor para crear temperaturas de hasta 195 °F. Como esto crea un calor húmedo, algunas personas pueden encontrar incómodas las saunas tradicionales.
Saunas de infrarrojos
Las saunas de infrarrojos utilizan específicamente la luz en lugar de elevar la temperatura del aire. Curiosamente, esto en realidad tiende a provocar más sudoración, pero como la temperatura es más baja (oscila entre 120 °F y 150 °F), a muchos les resulta más cómodo.
Los beneficios potenciales para la salud de una sauna de infrarrojos incluyen:
El Colegio Americano de Medicina Deportiva suele recomendar no pasar más de 10 minutos seguidos y esperar al menos 10 minutos después del ejercicio para entrar en una sauna. Superar los 10 minutos puede provocar deshidratación.
Normalmente puedes encontrar saunas de infrarrojos en spas, gimnasios, centros de bienestar y centros de salud como Clean Market en Nueva York, fundado por la entrenadora de salud en nutrición integrativa Lily Kunin.
¿Has probado una sauna de infrarrojos? ¡Cuéntanos tu experiencia en los comentarios!