Si has estado recientemente en una cadena de restaurantes en Estados Unidos , es posible que hayas observado que las calorías figuran junto a los platos del menú y en los paneles de los menús. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos anunció el mes pasado que determinados establecimientos de restauración estarán ahora obligados a incluir información calórica sobre los platos de sus menús.
Las cafeterías, restaurantes, cines y panaderías con más de 20 locales estarán sujetos a la nueva ley de etiquetado. Los restaurantes y establecimientos de restauración que entren en esta categoría también deberán poder facilitar información nutricional si se les solicita, incluida la grasa (y las grasas trans), el azúcar, el colesterol y el sodio.
Dado que la gente come cada vez más fuera de casa, ser consciente de las calorías que contiene una comida puede ayudar a reducir el riesgo de aumento de peso y fomentar elecciones más saludables. Como la obesidad y las enfermedades relacionadas con ella siguen aumentando, ésta puede ser una forma de fomentar platos con menos calorías o raciones más pequeñas cuando se sale a comer fuera.
Por supuesto, no todas las calorías son iguales ni las necesidades de todos son las mismas, pero la comida de los restaurantes es notoriamente alta en calorías: el tamaño de las raciones suele ser mayor que el de lo que te servirías en casa y los ingredientes suelen ser más decadentes (la media estimada de grasa en una comida de restaurante puede ser de hasta 58 gramos).
Puede ser difícil hacerse una idea real de cuántas calorías puede tener un plato basándose en su descripción, y las investigaciones demuestran que los consumidores suelen subestimarlas.
comprobar estos platos del menú y su correspondiente contenido calórico de una popular cadena de restaurantes:
Incluso una ensalada de pollo y aguacate, que muchos considerarían un plato más ligero, tiene la friolera de 1.840 calorías, suficientes para satisfacer las necesidades calóricas diarias de algunas personas.
Para muchos consumidores, conocer esta información puede ayudarles a tomar decisiones más saludables cuando salen a comer fuera. La nueva ley también presiona a los establecimientos de restauración para que ofrezcan opciones más bajas en calorías y más nutritivas, a medida que aumenta la transparencia y la demanda de estas opciones.
Por otra parte, hay quien piensa que conocer el contenido calórico de un plato le quita parte del placer de salir a comer. Existe cierta preocupación por que pueda exacerbar las preocupaciones relacionadas con el peso y los hábitos de comer compulsivamente.
Como Health Coach, ¿cómo podrías educar a tus clientes sobre las nuevas etiquetas de los menús? ¿Las consideran útiles? ¿Tendrías en cuenta el contenido calórico a la hora de pedir? ¡Comparte tu opinión!