La cafeína ofrece un rápido impulso de energía, pero también afecta a tu cuerpo de varias maneras.
Pequeñas cantidades de cafeína en la dieta pueden tener un efecto beneficioso. De hecho, las investigaciones han demostrado que la cafeína puede ayudar a aumentar el rendimiento deportivo, la concentración y el estado de alerta. Por otra parte, un exceso de cafeína puede aumentar la sensación de ansiedad, alterar el sueño e irritar el estómago.
Fuentes de cafeína
El café, una de las bebidas con cafeína más populares, es una fuente concentrada de antioxidantes y puede ser una bebida saludable cuando no se consume junto con grandes cantidades de azúcar. Las investigaciones han demostrado que el café puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes de tipo 2, cirrosis e incluso mortalidad prematura.
El té verde, que tiene menos cafeína que el café, también se investiga mucho por su capacidad antioxidante. Curiosamente, en ambos casos, parece que los efectos beneficiosos para la salud del café y el té verde se deben más a su contenido en polifenoles que a su contenido en cafeína.
La cafeína también se encuentra de forma natural en las semillas de cacao y en las nueces de cola.
La cafeína en la dieta
Como habrás adivinado, no todas las fuentes de cafeína son iguales. Las bebidas energéticas, por ejemplo, pueden tener un alto contenido en azúcar y aditivos. Las bebidas de café de gran diseño también pueden tener un alto contenido en azúcar y aportar más de un tercio de las calorías diarias recomendadas. Históricamente, una ración de café era de unas ocho onzas, pero hoy en día no son raras las raciones de hasta 64 onzas. Aunque el café solo tiene una cantidad insignificante de calorías, cuando se acompaña de cosas como nata montada, siropes aromatizados y chocolate, las calorías (y el azúcar añadido) pueden aumentar significativamente y provocar inflamación (en lugar de los efectos antiinflamatorios del café solo).
Si actualmente no incluyes fuentes de cafeína en tu dieta, no hay pruebas suficientes que sugieran que debas empezar a hacerlo. Pero si lo haces, quizá debas evitar las fuentes de cafeína al menos seis horas antes de acostarte, para que no interrumpan tu sueño.
Incluir cafeína en la dieta puede ser muy bioindividual: algunas personas esperan con impaciencia su taza de café matutina como un ritual relajante, mientras que otras consideran que incluso pequeñas cantidades de cafeína pueden provocarles nerviosismo. Las cantidades pequeñas o moderadas de cafeína pueden formar parte de una dieta sana, pero si te encuentras constantemente buscando fuentes de cafeína para pasar el día, puede que tengas que ajustar tu horario de sueño.