El uso de la tecnología tiene muchas ventajas: viajar por todo el mundo, conectar con los seres queridos, aprender en el aula, ¡e incluso salvar vidas en los hospitales! Sin embargo, como cualquier otra cosa, la tecnología puede usarse en exceso e incluso abusar de ella.
Nuestra cultura depende de la tecnología, por lo que es importante desarrollar una relación sana con ella, y una forma de hacerlo es hacer desintoxicaciones tecnológicas periódicas. Tomarse un descanso de la tecnología abre un espacio para estar realmente con nosotros mismos, conectar auténticamente con los demás y pasar tiempo en el mundo.
Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a crear una relación más sana con la tecnología.
1. Aclara tu "por qué".
Para sacar el máximo partido a una desintoxicación tecnológica, es importante ser intencionado y tener claro tu "por qué" para hacerlo. ¿Quieres sentirte más sano? ¿conectar con los demás más a menudo? ¿dejar de procrastinar? ¿encontrar más tiempo para actividades creativas? Tener claro el "por qué" te ayudará a mantener tu compromiso y a que el proceso sea lo más satisfactorio posible.
2. Empieza poco a poco.
Debido a nuestra dependencia cultural de la tecnología, plantearse una desintoxicación tecnológica puede parecer desalentador, o incluso imposible. Dar pasos pequeños y graduales es la clave para no sentirse abrumado. En lugar de desintoxicarte, puedes optar por no entrar en comprobar correo electrónico después de las 6 de la tarde o limitar tu tiempo en Instagram a veinte minutos al día. Empezar poco a poco puede ayudarte a crear un hábito sostenible y a cambiar tu forma de interactuar con la tecnología con el tiempo.
3. Comunica tus parámetros de desintoxicación.
Es bien no estar disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, pero seguimos teniendo compañeros de trabajo, familiares y amigos con los que necesitamos comunicarnos. En general, la gente tiende a apoyarte si decides tomarte un descanso de la tecnología, pero probablemente tendrás una mejor experiencia si simplemente le dices a la gente lo que estás haciendo.
Si no le dices a nadie que estás haciendo una desintoxicación tecnológica y te quedas en silencio, la gente puede pensar que algo va mal o sentirse frustrada por no poder contactar contigo. Di a la gente cuándo te estás desintoxicando, qué incluye y cómo pueden ponerse en contacto contigo si es necesario.
4. Llena el vacío.
Siempre que hagas cambios y dejes de hacer una cosa, es importante llenar ese espacio con algo que te nutra, alimente y te aporte alegría. Antes de empezar una desintoxicación, decide cómo quieres llenar ese vacío. Podrías ir de excursión, leer un libro, hacer jardinería, tocar un instrumento o salir a comer con un amigo: ¡las posibilidades son realmente infinitas!
5. Observa cómo te sirve la tecnología.
Durante tu desintoxicación, anota cualquier percepción que tengas sobre tu relación con la tecnología, ¡tanto la buena como la mala! Al hacerlo, puedes reevaluar cómo deseas relacionarte con ella de la forma más útil y saludable. Desde este punto, puedes establecer un plan sobre cómo quieres interactuar con la tecnología en el futuro.
Disfruta desconectando y llenando el espacio de auténtica creatividad, conexión y juego. ¡Tu sistema nervioso te lo agradecerá!
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