Muchos se preguntan a menudo por qué la comida sana es más cara. Pues bien, si eres un comprador inteligente, no tiene por qué serlo.
Si intentas mejorar tu dieta pero no quieres gastarte una fortuna, dos de las mejores formas de ahorrar dinero en comida son comprar con inteligencia y reducir el desperdicio de alimentos. ¿Cómo? te preguntarás. comprobar estos consejos para hacer ambas cosas.
Tienda Smart
1. Ten una estrategia.
Gastar menos en la tienda depende de tu estrategia de compra. ¿Haces una lista? ¿Compras con hambre? Hacer una lista y saber lo que piensas comprar con antelación significa que es menos probable que compres cosas que no necesitas y puede ayudarte a mantener baja la factura de la compra.
Como parte de tu estrategia, también puedes considerar dar prioridad a los artículos más caros; por ejemplo, tal vez prefieras las bayas ecológicas, pero los productos para el cabello de marca no son tan importantes para ti. Si eliges opciones más genéricas para artículos como el champú, quizá puedas permitirte comprar las bayas.
2. Sé un comprador consciente.
Algo importante que hay que recordar es que las tiendas de comestibles son negocios: están diseñadas para animar a los clientes a comprar más. Los expositores llamativos al final de los pasillos y los tentempiés con envoltorios brillantes en la caja están colocados allí porque es más probable que los pongas en tu carrito cuando lo están.
Las tiendas intentan crear entornos agradables -con cafeterías e incluso zonas de juego para niños- para que los compradores se queden; cuanto más tiempo pases en la tienda, más dinero es probable que gastes.
Todo, desde el diseño de la tienda hasta el aroma y la iluminación, pasando por la música, trabaja para ponerte de buen humor y hacer que estés más dispuesto a comprar. dispuesto a comprar artículos que no habías planeado en un principio.
Cuando vayas de compras, ten en cuenta lo que te rodea y cómo puede incitarte a comprar determinados productos. Si eres consciente de cómo están organizadas las tiendas, es menos probable que permitas que influyan en tu comportamiento de compra.
3. Compra por temporadas.
Muéstrate abierto a comprar productos de temporada. Los productos de temporada suelen ser más baratos. Además, suelen ser los primeros que se exponen en la sección de frutas y verduras, lo que facilita su localización. Algunos productos (como los tomates) pueden comprarse en temporada y enlatarse para utilizarlos todo el año.
Reducir el desperdicio de alimentos
1. Compra sólo lo que necesites.
Cuando hagas la lista de la compra, ten en cuenta tu horario. ¿Tienes un evento de trabajo una noche y una cena con amigos otra? Toma nota de las comidas que sabes que tendrás que preparar y de aquellas para las que quizá no estés en casa.
Un poco de planificación puede ayudarte a asegurarte de que no compras alimentos que no tendrás oportunidad de comer antes de que se estropeen y haya que tirarlos.
2. Acepta las sobras.
Puede que las sobras no suenen glamurosas, pero tener una comida lista para llevar puede ser un salvavidas cuando llegas a casa después de un largo día. El problema es que a menudo las sobras se guardan en el fondo del frigorífico y no se acaban comiendo, lo que no sólo es un desperdicio de comida, sino también de dinero.
Para evitarlo, pon las sobras en recipientes transparentes. Si han pasado un par de días y no has tenido tiempo de comerlas, mételas en el congelador para que no se estropeen. Así podrás disponer de ellas cuando las necesites.
Mejora tus sobras añadiendo hierbas frescas o verduras y ajustando el condimento para que estén tan buenas como cuando se hicieron frescas.
Comer sano puede ser caro, pero un poco de planificación y atención pueden ayudarte mucho a reducir los gastos de la compra.
¿Cuáles son tus consejos favoritos para comer sano sin salirte del presupuesto?