En invierno es difícil no ponerse enfermo: hay gérmenes por todas partes. Tanto si coges un bicho en el trabajo como de viaje, puede ser difícil pasar el día cuando no te sientes tú mismo. Sin embargo, puedes prevenir los síntomas del resfriado y la gripe manteniendo un estilo de vida saludable durante los meses más fríos. Con unos sencillos trucos, puedes mantener tu inmunidad alta y los resfriados a raya.
Suplemento de vitamina D
Es difícil encontrar sol en abundancia en pleno invierno, por lo que tus reservas de vitamina D están abocadas a disminuir. Aunque la vitamina D es más conocida por su papel en la salud del esqueleto, también es esencial para una función inmunitaria adecuada. Su carencia puede reducir la capacidad de responder adecuadamente a las infecciones. De hecho, la carencia de vitamina D se asocia a un mayor riesgo de gripe. Si no puedes salir al sol al menos 30 minutos al día, intenta comer alimentos ricos en vitamina D, como leche enriquecida, cereales, pescado, hígado y yemas de huevo. En invierno, un suplemento también puede ayudar a garantizar unos niveles adecuados y reducir el riesgo de enfermedad.
Come alimentos ricos en zinc
Las investigaciones han demostrado que el zinc puede reforzar tu sistema inmunitario, por lo que un mayor consumo de alimentos ricos en zinc puede evitar que contraigas un virus en primer lugar. El zinc se encuentra en diversos alimentos, pero el hígado, la ternera, los anacardos y las pipas de girasol son fuentes especialmente buenas de este mineral. Para un impulso extra, las pastillas de zinc también pueden ayudar. De hecho, pueden acortar la duración de un resfriado en adultos.
Haz del sueño una prioridad
Dormir adecuadamente es esencial para una salud óptima, pero a menudo es una de las primeras cosas que desaparecen cuando estamos ocupados. Durante los meses de invierno, cuando podemos estar más expuestos a los gérmenes, dormir adecuadamente puede ser una forma importante de reforzar tu sistema inmunitario. De hecho, un amplio estudio descubrió que las mujeres que duermen menos de cinco horas por noche tienen una probabilidad significativamente mayor (70%) de padecer neumonía, en comparación con las mujeres que duermen ocho horas. Las personas que duermen menos de seis horas por noche también pueden ser más propensas a los resfriados.
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