¿Podría un impuesto sobre las bebidas azucaradas ayudar a frenar la epidemia de obesidad? Fit For Life, una organización de base creada por el concejal de Richmond, California, Jeff Ritterman, cree que sí. En noviembre, los habitantes de Richmond votarán una medida que pide un impuesto de un céntimo por onza sobre las bebidas azucaradas. La recaudación del impuesto se destinará a proyectos de prevención y tratamiento de la obesidad infantil.
Los defensores de la salud llevan mucho tiempo hablando del impacto negativo de la comida basura en la salud de los estadounidenses. Los Centros de Control de Enfermedades predicen que la próxima generación tendrá una vida más corta que la de sus padres, debido a su predisposición a la diabetes, las enfermedades cardiacas y la obesidad. ¿Cómo podemos fomentar un estilo de vida más sano y desalentar una dieta de alimentos procesados que invierta esta tendencia?
La Nutrición Integrativa ha unido sus fuerzas a las de la Asociación Americana del Corazón, la Asociación Americana de Salud Pública, la Academia Americana de Pediatría y la ONU, que coinciden en que este impuesto es un gran comienzo. El Dr. Thomas Frieden, Director de los CDC, dice incluso que este impuesto sobre los refrescos podría ser "la medida más eficaz para invertir la epidemia de obesidad."
¿Cómo puedes implicarte?
Un éxito en Richmond podría sentar un precedente importante para iniciativas similares en el resto del país. ¡Tú puedes ayudar!
Voluntario: Si vives en el Área de la Bahía de California, muestra tu apoyo distribuyendo tarjetas de la campaña, llevando un botón o escribiendo una carta al director de tu periódico.
Haz un donativo a: La industria de las bebidas es poderosa y ha dado a conocer su oposición a esta iniciativa. Fit for Life puede ganar, pero necesita fondos para continuar una campaña de éxito. Por cada dólar que dones, Nutrición Integrativa lo igualará, ¡hasta 10.000 dólares!
Aunque la epidemia de obesidad puede tener muchos factores contribuyentes complicados, la cuestión de los refrescos es directa: las bebidas azucaradas no tienen ningún beneficio nutricional y nos están matando. Un impuesto sobre los refrescos desincentivaría el consumo y recaudaría dinero para luchar contra la obesidad infantil y la diabetes tipo 2. ¡Juntos podemos marcar la diferencia!