El mantra del éxito en estos días parece ser "más y más rápido". A medida que los profesionales elevan la productividad al máximo nivel de logro, nos preguntamos si el afán por maximizar la eficiencia está perjudicando más que ayudando.
Esta semana, The New York Times exploró la idea de la productividad en su relación con la economía. El autor Tim Jackson argumenta que estamos corriendo, no esprintando, nosotros mismos fuera de nuestros puestos de trabajo, y privándonos simultáneamente de productos artesanos de calidad. Vivimos de métricas en lugar de meticulosidad, de cronómetros en lugar de talento, y el peaje no es sólo para la economía y la producción, sino para nosotros mismos.
Es difícil dar un paso atrás y relajarse cuando creemos que la laboriosidad es la única forma de obtener recompensas, pero descuidar el descanso y el tiempo libre es una receta ideal para el agotamiento. El comportamiento adicto al trabajo puede provocar fatiga, insomnio, falta de alegría, irritabilidad, e incluso puede desencadenar enfermedades crónicas que, en última instancia, reducirán la productividad.
Al fin y al cabo, no es la velocidad ni la cantidad lo que define lo que realmente valoramos. Es el cuidado y el esfuerzo invertidos en ello. En relación con coaching de salud , no se trata de cuántas personas puedes entrenar en un día, sino de lo bien que reciben tu mensaje y se benefician de tu orientación.
Entonces, ¿es realmente la productividad el fin de todo el rendimiento humano? Seguramente no, pero evitar la obsesión por la eficiencia es más fácil de decir que de hacer para muchos triunfadores.
Como en el resto de tus comidas principales, es importante encontrar el equilibrio. Una buena forma de empezar a encontrar el equilibrio es llevar un diario de cómo pasas el día. Al igual que un diario de alimentos, esto te ayudará a descubrir tus hábitos y zonas problemáticas. Cuando lleves unos días registrando, podrás preguntarte objetivamente: "¿Estoy reservando suficiente tiempo para mí?".
Si la respuesta es no, empieza a programar tiempo para los alimentos primarios. Programa una actividad de ocio, como meditar, ir al teatro o comer con un amigo. Hazte una lista de lectura con todos los libros que siempre has dicho que ibas a leer, y comprométete a leer veinte páginas al día. La clave está en hacer que las tareas "no productivas" sean tan importantes en tu vida como las "productivas".
Una vez que tu tiempo esté mejor equilibrado, ¡puede que descubras que estas actividades "no productivas" en realidad aumentan tu rendimiento y bienestar!
¿Cómo conciliar la presión por la máxima productividad con autocuidado y otros alimentos primarios?